La noche había sido muy larga, entre armar la cuna de Jared y luego todas las veces que se despertó inquieto, al final se durmió en mis brazos pero tenía que volver a la cuna. Le había enviado una foto a Jos de nosotros dos cenando, pero todavía a estas hora ni leía el mensaje. Ya era muy tarde, sé que dijo que llegaría tarde pero ¿qué tan tarde? Desperté a eso de las tres de la madrugada cuando lo escuché llorar. Al tomarlo en mis brazos sentí su pequeño cuerpo muy caliente y de un momento a otro ya no dejaba de gritar, se movía con incomodidad. Le quité la ropa por si se debía a eso, quizás estaba sudando, a lo mejor estaba incómodo. Hice tantas cosas pero nada lo calmaba hasta el punto de que ambos estábamos estresados. Le di de comer, toqué su barriguita, pero sus mejillas esta