Saray permaneció acostada con sus dos niñas, ellas se quedaron en silencio por largas horas mirando el techo, solo acompañándose y estando ahí presentes. Las tres se durmieron abrazadas y fueron encontradas por Nozel y Baylor. ―Esto debe ser capturado. ―Nozel sacó su móvil e inició a tomarles fotos, las tres parecen un angelito. ―Quien diría que las tres dan dolores de cabeza. ―Baylor sonrió. ―Es hora de levantarlas, no han comido desde ayer. ―Se acercó y acarició la mejilla de su esposa. ―Conejita, vamos, despierta. ―Hadassa se removió y se abrazó más a Saray. ―Valiente, hora de comer. ―Nozel intentó tomar a su hija en brazos, pero al igual que Hada se abrazó a su madre. ―Deja de molestar, hombre. ―Gruñó la niña provocando una carcajada ahogada en los dos hombres. ―¿Qué sucede?