―Fue una ilusión de adolescentes. ―Le explicó. ―Cuando un hombre llega a amar a una mujer, jamás la olvida. ―Saray lo miró a los ojos sin comprender y aterrada de vivir en la sombra de un primer amor. ―Un hombre ama para toda la vida, Manzanita, a la mujer que yo amo es a ti. ―Acarició su mejilla para limpiarle las lágrimas. ―Jamás pude olvidarte, yo solo aprendí a vivir sin tenerte conmigo. ―Sonrió. ―Por muy duro que suene es así, un hombre puede rehacer su vida, pero si ya amó, créeme que siempre recordará a ese amor y sí, puede ser feliz y amar tanto como respetar a la persona con la que está, pero nunca olvida a la que amó.
―¿Por qué me dices eso? ―Preguntó confundida.
―Porque justo eso le dije a Marisol. ―Suspiró. ―Es verdad, todo indicaba que ella sería mi esposa, yo estaba enoja
