Nina apenas había dormido después de la revelación que Alessandro le había hecho la noche anterior. Sus palabras seguían retumbando en su cabeza: "Eres una loba. No puedes escapar de tu naturaleza." El hecho de que él supiera la verdad sobre ella la había dejado en shock, pero lo peor de todo era lo que implicaba. Él también era un Alfa. No solo eso, sino que la intensidad de su mirada, la forma en que la había confrontado, y la palpable tensión que existía entre ellos habían hecho que su control emocional se tambaleara. El problema era que esa revelación, por sí sola, no era el final del asunto. Había algo más oscuro, más complicado, acechando detrás de todo. El aire en la oficina era espeso al día siguiente. Alessandro no había llegado aún, pero Nina sentía su presencia de todas formas