El viento fresco de la noche acariciaba la piel de Nina, mientras ella y Alessandro permanecían de pie, uno frente al otro, todavía recuperándose de la batalla reciente. El cielo estaba claro, con la luna llena resplandeciendo en todo su esplendor, iluminando el mirador como si fuera un escenario preparado para algo más íntimo, algo más profundo. Nina temblaba, pero no de frío. El eco de su primera transformación aún resonaba en su cuerpo, haciéndola sentir más viva que nunca. Aunque había peleado y ganado, una batalla interna todavía rugía dentro de ella. Aceptar su naturaleza había sido un paso gigantesco, pero entender lo que eso significaba, lo que implicaba su conexión con Alessandro, la llenaba de una mezcla de confusión y miedo. Alessandro la observaba en silencio, sus ojos oscuro