—La noche llego con nuestros cuerpos agotados por el esfuerzo, más el mío que me avisaba que estaba sobre esforzándome, Pee me tenía loca marcándome, opte por apagar el celular, Oscar quedo dormido después de la tercera ronda, trate de levantarme necesitaba recargarme y el reloj me lo quite al llegar, se lo que puede pasar si no lo llevo puesto
—Lind, ¿Qué pasa? ¿Ya te vas?
—Escuchar su voz ronca me estremeció ¡maldita sea! este hombre me provocaba cosas que nadie había logrado provocarme —No, aun no, talvez pueda quedarme si tu deseas
—Claro que puede quedarse, no tengo objeción ¿Se siente bien? Está un poco pálida
—Ayúdame en algo, por favor en mi bolso esta mi reloj, puedes pasármelo
—¿El que siempre lleva?
—Si ese lo necesito, puedes traerlo por mi
—Me levanté lo más rápid
