Me está comparando William con una mujer sin principios, cuando lo más que tenía era hasta prudencia para hablar con otros hombres; todo como una completa estúpida para no incomodar, al señor que me celaba hasta con mi propia sombra. —A veces me pesa tanto no haber tenido por lo menos una aventura cuando estuve casada contigo, es que todas las mujeres que son infieles dicen que las tratan como unas reinas. Algo que convierte todo lo contrario a lo que uno vive con el esposo, quizás solamente fue mi caso y el de las demás solo era ser amada por dos hombres. Pero a mí ni uno solo que pendeja soy —mi explicación definitivamente es la mejor que yo podría dar. —Estas diciendo solo locuras porque tú me amabas como a nadie, eso a nadie se lo puedes mentir. —William empuja la puerta que yo alc