KATRINA En cuanto Elliot salió por esa puerta, unos minutos después yo también lo hice, tome mi bolso, dinero y las llaves de mi auto para dirigirme rápidamente al supermercado. Durante el trayecto, no pude pensar en otra cosa más que en el momento de conocer, ahora sí, con todas sus letras, a la hija de Elliot. Me encontraba nerviosa, pero feliz a la misma vez, a pesar de solo haberla visto aquella vez, sé que es una pequeña muy dulce, no obstante, quizá se sienta un poco amenazada por mi presencia en la vida de su padre y eso en cierta forma me puede perjudicar. Pero prefiero no hacerme ideas en la cabeza, las cuales únicamente me atormentan la cabeza. Sacudí la cabeza y despeje mi mente, lo que mejor puedo hacer ahora, es seguir con lo que estaba, comprar todo lo que iba a ocupar y r