Después de enterarse que su amante se suicidió en una cama de hospital, Christopher no podía dejar de pensar en ella. No pensó en sus noches juntos, ni en los planes de viaje. Pensó en que era una desgracia para Andrew. Ferrer pensó que se sentiría devastado, que imaginaría el mismo destino para él. Christopher sabía que Andrew no tenía demasiada fuerza de voluntad ni era un hombre que pudiera vivir bajo presión. No sería sencillo lidiar con una esposa muerta, las presiones del trabajo y los deseos que nunca se harían realidad. Christopher sabía que él lo necesitaría. Necesitaría a su mejor amigo, pero no podía se hipócrita con él. Andrew siempre se comportó a la altura de la situación, así que merecía algo mejor que él. Christopher haría lo necesario para ganarse el renombre de mejor amig