Una vez que en la casa, debo hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad para no sucumbir a la tentación nuevamente. Sus labios y su delicioso olor, son la puerta de entrada a un placer que amenaza con ser más intenso que lo vivido hasta el momento y que, por lo tanto, está en contra de la línea de pensamiento que siempre he manejado. —¿Qué pasa? —su rostro muestra confusión. —Tenemos que hablar Richard, sabes que estoy con Oliver, no le puedo hacer esto —intento no perderme en esa mirada oscura que siempre amenaza con quebrar mi razón. —Hablemos, déjalo y quédate conmigo, fin —lindo resumen, pero no todo es tan fácil en mi mente. Por la cantidad de sensaciones anidadas en mi pecho, sé que su resumen es correcto, pero no puedo tener sexo con Richard, no sin haber terminado mi relación