La mañana en la casa del profesor Harris no fue tan fría como lo fue en la casa de Henry. Sebastián despertó antes de las seis de la mañana y lo primero que observó fue la espalda espolvoreada de lindas pecas de Paris. Sus cabellos rojos se extendían sobre la almohada mientras ella descansaba con su pecho pegado al colchón con sabanas oscuras. Sebastián mantuvo un momento su mirada en la desnudez de su alumna, recordando de inmediato la intensa noche que habían pasado, a Paris posando para que él pudiera dibujarla y su m*****o erecto dentro de la inocente boca de Paris, siendo succionado por sus dulces labios. Paris abrió los ojos momentos más tarde, se dio la vuelta sujetando la sabana que cubría escasamente su cuerpo, para quedar con la mirada hacia el techo. —Despertaste —dijo con l