—Sí. Imer Palace odiaba esa palabra ahora, no quería volverla a escuchar y menos de los carnosos y sexys labios de Samantha Bennett. ¿Sexys? ¿Por qué estaba pensando en los labios de esa chica? ¡Nada tenía sentido! Todos se estaba volviendo de una forma que para él, para los alfas en todo el mundo, no era correcto, pero su alma animal se empeñaba en seguir sintiendo esas cosas raras y pasándoselas a él, eso era terrible y no sabía cómo quitarse esas sucias imágenes que se le venían a la mente al pensar en su amiga, porque solo eran eso: amigos. Pasar tiempo con esa alfa lo estaba volviendo raro, no podía ni quería bajar la mirada de esos bellos labios cada que hablaba, pero en ese momento se sentía mal de haber escuchado una respuesta afirmativa a la pregunta: ¿Tienes novia? No era n