Unos pocos minutos después, James y Grace llegaron a la mansión, en silencio ella subió a su habitación pero él la siguió. “¿Te volviste loca Grace? ¿Cómo te besas con ese hombre en la calle?”, preguntó enojado. “James no voy a darte explicaciones, es mi vida privada”, le respondió Grace sin deseos de pelear. “Te recuerdo que para las personas tengo un matrimonio sólido, no quiero que tú lo dañes por andar de calenturienta”, le respondió. Grace tomó asiento en el sofá de la habitación, realmente tenía mucho que pensar, lo último que quería hacer era discutir con James. “James por favor no discutas, además, tú te fuiste y me dejaste caliente como dices, alguien debía apagar ese fuego”, le dijo mostrándole seriedad. “¿Y pudo apagar ese fuego?”, preguntó mientras la acorralaba contra él