James llevaba a gran velocidad a Grace del brazo, parecía estar enojado al ver que ella se sentía tan cómoda conversando con aquel hombre.
"¿Qué le pasa señor?", preguntó Grace un poco confundida por la actitud de su jefe.
"No ha pasado nada... Veo que la dejo sola unos pocos minutos y ya la encuentro acompañada", su respuesta fue un poco incomoda al ver sus gestos faciales.
Grace permaneció en silencio mientras subía al auto de James, estaba muy confundida por como su jefe la había sacado de aquel evento de coctel y sobre todo por la razón que utilizó, la cual confesó sin darse cuenta que lo había hecho.
El silencio hacia que el ambiente fuera un poco mas pesado para Grace, simplemente la actitud de su jefe la había dejado desconcertada, ni siquiera sabia que hacer.
Aproximadamente media horas después estaban frente a la casa de Grace, mientras ella intentaba bajarse del auto, su jefe la sostuvo por el brazo y la detuvo.
“Grace ¿Tiene usted pareja?”, preguntó James mirándola fijamente a los ojos.
Grace no podía creer que James le estuviera haciendo aquellas preguntas, realmente no esperaba que fuera así.
“¡Si señor!”, fue lo primero que se le ocurrió responder a Grace.
James no respondió nada más, simplemente soltó su brazo y la dejó ir. Se quedó observado como Grace caminaba hasta la puerta e su casa, hasta que ella desapareció frente a sus ojos.
Grace no podía entender como su jefe hacía que su cuerpo temblara, incluso sentía cómo un gran calor recorría su cuerpo.
Grace amaba pensar en James, al menos mantenía su mente ocupada, no quería pensar en aquel tumor cerebral que podría acabar con su vida el día menos pensado.
La mañana siguiente al Grace llegar a la empresa, James la esperaba en su pequeña oficina, fue una grana sorpresa para él encontrarlo allí.
“Buenos días señor, ¿Sucede algo?”, preguntó Grace, Noé superaba ver a su jefe en la oficina que ella ocupaba.
“No pasa nada, solo quiero decirle que le dije a los empleados que me e imprimieran sus propuestas por escrito para luego analizarlas, así que, una vez que usted haya recibido cada papel nos iremos a mi departamento a abalizarlos”, finalmente le respondió.
Grace se sentía confundida, ella pensaba que no tenía derecho a tomar ninguna decisión sobre el trabajo de los demás.
“Señor pero creo que soy la persona menos indicada para ayudarle, es decir, al final usted tomara la decisión”.
“Grace solo cumpla con lo que le he ordenado”, dijo mientras abría la puerta.
Grace se quedó pasmada unos segundos, pero luego recordó que el día de hoy debía estar con su hermano y amiga, así que sin dudarlo fue tras él.
“Señor disculpe que lo siga hasta su oficina, pero es que hoy no puedo hacer nada de trabajo después que cierre la empresa, ya tengo un compromiso pautado”, le dijo muy avergonzada, incluso sus manos se abrían y se cerraban por los nervios que sentía en ese momento.
“¿Tiene una cita con su novio?”, preguntó sin darle larga al asunto.
“No quiero hablar de mi vida personal con usted”, le respondió levantando la mirada del piso.
James se asombró por la respuesta de Grace, no esperaba que ella le contestara de esa forma, por lo que estuvo de acuerdo consigo mismo en usar el poder que tenía sobre todos sus empleados.
“Grace no le estoy pidiendo un favor, a las seis de la tarde nos iremos a mi departamento para terminar el trabajo, mañana a primera hora necesito tener un plan de trabajo seleccionado”, respondió un poco incómodo.
Grace salió de la oficina de James nerviosa, no le gustaba enfrentar a su jefe, pero no podía hacer nada más, al menos lo había intentado, así que solo le quedaba decirle a su hermano que no la esperaran.
Durante el día James estuvo ignorando a Grace, no la había llamado para nada en absoluto, de hecho el mismo iba por su café y sus documentos al área de impresión.
Grace no decía nada pero si pensaba en lo extraño que se volvía James cuando así lo quería.
Una vez dieron las seis de la tarde, James se entró a la oficina de Grace, Justo al momento de hacerlo, ella se encontraba apagando el monitor, por lo que sin decir nada, salieron de la oficina.
“Espero que haya cambiado su cita porque esto puede tardar mucho tiempo”, dijo James una vez entraron al ascensor.
“Tuve que cancelar mi cita, así que no veo la razón para preocuparse por ello”, respondió Grace con seriedad, no le gustaba que las personas le impusieran las cosas.
James prefirió no responder, solo una sonrisa sarcástica se posó en su bello rostro, había conseguido lo que quería, eso era lo que parecía.
Una vez frente al departamento de James, mientras él abría con su llave digital, Grace podía sentir muchos nervios, otra vez estaría en aquel lugar donde había confesado que aún era Virgen.
“Grace póngase cómoda, iré a cambiarme esta ropa para poder trabajar más tranquilo”, decía mientras caminaba hacia su habitación.
Grace tomó asiento en el gran mesa que había cerca de la sala, se quitó el saco para estar un poco más cómoda, colocó todos los documentos, pero mientras lo hacía algo le llamó la atención.
En la pared había una foto de un niño de unos pocos años, Tenía la impresión de que podría ser su hijo, pero a la vez se preguntaba ¿Por qué nunca lo ha mencionado?.
James entró en el momento en que todos sesgos pensamientos pasaban por la mente de Grace, rápidamente se acerca, observa y luego simplemente toma asiento.
“Grace empecemos a trabajar por favor, hay mucho por leer”, dijo James haciendo así que Grace regresará en sí.
Grace tomó asiento, empezó a leer los documentos, finalmente eso era parte de su trabajo.
“Grace ¿Está molesta porque hice que viniera a trabajar hasta aquí?”, James preguntó mientras miraba el documento que tenía en manos.
“Este es mi trabajo y estuve dispuesta a aceptar lo que conllevaba cuando empecé a trabajar para usted, pero ya que lo pregunta, si, esto enojada”, le respondió sin mirarlo a los ojos.
“Lo lamento mucho, seguro su novio entenderá que trabajo es trabajo, además le pagaré estas hora extras”.
“Señor usted no tiene vida personal, y no puede pensar que el otro es igual que usted, pienso que debería hacer las cosas en hora de trabajo”, respondió sin miedo, parecía haber olvidado que estaba hablando con su jefe.
“¿Entonces olvidemos el trabajo ahora y hagamos algo mejor”, propuso mientras se levantaba de la silla.
“¿A que se refiere señor?”, preguntó Grace caíd con voz ronca.
“Llamaré un taxi para que se marche, y así pueda ir con su cita, no quiero que piense que soy un hombre sin escrúpulos”.
“No es necesario, ya estamos aquí y notifiqué que no llegaría”.
“Ya decidí que no continuaremos trabajando a estas horas, mañana podemos culminarlo en horas de trabajo”.