Capítulo 24

2468 Words

Sentado frente a la cuna de su pequeño, Ansel lo observaba dormir como el angelito dulce que era su cachorro. Y mientras más lo contemplaba el omega, más se preguntaba cómo es que se suponía que lo lograría sacar de la mansión. En sí, ni siquiera sabía si estaba haciendo lo correcto al haber aceptado la propuesta de León. Era extraño, pero esa misma sensación extraña que nacía dentro de él, impidiéndole actuar frente al alfa mostrando una de sus tantas máscaras de un omega perfecto y complaciente, se presentó con más urgencia cuando León le pidió confiar en él. Fue como si simplemente, una parte dentro de él, le rogara porque lo hiciera, que creyera en las palabras del alfa, confiando en que León decía la verdad al decir que quería ayudarlos. Exactamente, la misma sensación que sintió

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