—Claro que no, no tiene importancia —musitó Violet con voz temblorosa. —Claro que tiene importancia. Necesito que me creas, porque es la verdad: jamás diría cosas malas sobre ti —aseguró. Por un momento posó su mano sobre la de Violet. La chica logró sentir el calor sobre su piel, esa sensación extraña y cálida. Era demasiado raro y sentía como si esa parte de la piel le comenzara a picar. Seguramente Gabriel lo supo, porque retiró su mano y Violet rápidamente bajó la mano de la mesa como prevención. ¿Por qué en su país no era como en otras partes del mundo donde el contacto físico era muy raro y no estaba normalizado? Detestaba que gente a la que no le tenía confianza la tocara o intentara hacer contacto físico con ella. —Jamás hablaría a las espaldas de alguien —aclaró con convic