Violet no podía dejar de llorar, también se sentía al borde de un ataque de pánico y el aire le faltaba. Caminaba de un lado a otro sin saber a dónde ir. Sabía que tenía que dirigirse a la cafetería central para almorzar con su hermano como de costumbre, pero estaba al borde de un colapso mental, no podía ir a ese lugar lleno de tantas personas. Al final, terminó encerrada en su habitación, acurrucada en una esquina de su cama, llorando y mordisqueando sus uñas por la ansiedad que la recorría. Cuando su hermano se dio cuenta que se estaba demorando más de lo usual, la llamó para saber qué estaba pasando o si no llegaría a almorzar con él. Ella contestó llorando, aunque intentaba arreglar su voz, pero se le hacía imposible. Bruno supo desde el primer segundo que su hermana no esta
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