Pov Antón No, esto no puede estar, pasándome, no, no, lloro desesperado, en mis manos tengo la prueba de embarazo. Lo que queda porque por las lágrimas la tinta ha desaparecido paulatinamente. Aprieto la ropa de mi hijo contra mi pecho. NOO. Esto debe ser una pesadilla, claro, despertaré y mi mujer e hijo estarán a mi lado. Claro… eso debe ser, un sueño, uno muy malo. Pero un sonido me aleja de esa escena, mis lágrimas vuelven a adueñarse de mi rostro. Mi celular nuevamente suena y no sé donde está, no quiero hablar con nadie, pero recuerdo que mujer se fue y una pequeña esperanza crece y posiblemente pueda ser mi mujer. Diciéndome que me perdona y que estaremos bien, y que nuestro hijo. Pero no es asi, es Philips. Lo dejo sonar, mis lágrimas no han dejado de correr como cascadas