Los picnics jamás fueron agradables para Rafael, estar sentado en el césped, con una canasta llena de comida, hablando y riendo mientras los mosquitos y abejas te molestan. El problema no son los picnics, ni los insectos, sino la compañía. Ahora mismo miraba como Brooke gateaba por el césped, tomando las flores, mirando cada mariposa y abeja con un brillo en sus ojos, él estaba comiéndose un emparedado que había preparado mientras miraba a la bebé. Le impresiona como ha crecido tanto en todo ese mes, realmente ya no era la bebé que tomó en brazos aquel día que la conoció, estaba mucho más grande y tenía energía, estaba ansiosa por querer caminar ya, pero aún no lograba ponerse de pie, incluso ya había comenzado a balbucear. Eso le encantaba, porque ahora cada vez que él le platicaba de s