Antes de poder comenzar la lectura, mi teléfono suena y me dirijo al interior del apartamento para buscarlo.
— Devereux — Contesto sin fijarme en la persona que llama, necesito dejar de pensar en la pelirroja.
— Travis, cariño. He pensado que necesitabas de unas horas para reflexionar sobre nuestra relación, espero que hayas recapacitado — Alejo el teléfono de mi oído y vuelvo a caminar hacia la terraza, impresionado por las palabras de Amandine ¿Esta mujer no tiene orgullo?
— Amandine, no necesito reflexionar sobre absolutamente nada, que pases buena noche — Cuelgo de inmediato. Para muchos puedo parecer grosero, pero ya he soportado demasiado y mi paciencia tiene un límite.
Vuelvo a la terraza y tomo el libro entre mis manos. Sin embargo, no puedo concentrarme y no logro avanzar ¡Maldita su estampa!
Observo como la chica se pone de pie e inclina un poco la cabeza, como si quisiera ver mucho más de cerca lo que sea que esté mirando, o como si quisiera escuchar algo.
Con lo que he observado hasta el momento de ella, no dudaría de que fuera una voyerista y que estuviera espiando a alguien.
Decido que no puedo perder mi tiempo mirándola y prefiero tomar otra ducha, puesto que lo de la lectura al parecer no va a funcionar hoy.
Tres días después, me encuentro de nuevo en mi terraza y continúo observándola, ahora no solo tengo suficiente por las mañanas en el semáforo, sino que yo mismo salgo a mi terraza esperando encontrarla.
Lo increíble es que es totalmente diferente a como se comporta en su auto; se recuesta en su tumbona y bebé vino o bebidas al parecer calientes, en ocasiones lleva un cárdigan, lo que me parece muy loco, teniendo en cuenta que estamos en verano y el calor que hace es insoportable. Siempre tiene un libro a su lado, libro que al parecer no lee mucho, porque se la pasa mirando hacia el mismo lugar, todos los días, por lo que he deducido que espía a alguien.
Me levanto maldiciendo a la chica que desde hace algunos días nubla mi pensamiento, tengo una reunión importante con una relativamente nueva y menos conocida agencia de publicidad, mañana; resulta que Amandine es hija del dueño de nuestra anterior agencia y a pesar de que su padre intentó seguir con nosotros, mi hermano no estaba interesado y yo mucho menos desde que
Amandine se ha dedicado a acosarme, tanto, que en estos pocos días he tenido que bloquear su número y cerrar mis r************* . Aunque en realidad no las utilizaba mucho.
Soy inversor independiente, el CEO de mi propia empresa, pero también hago parte de la junta directiva de la empresa familiar y asesoro algunos asuntos relacionados con las inversiones de esta.
Mi hermano mayor es el PDG y por lo general, escucha mis peticiones. Pero en esta ocasión, me dijo que no renovaría el contrato con la anterior Agencia, pero que él escogería la próxima y se le ocurrió elegir una agencia que, aunque tiene una muy buena trayectoria, tiene también a una niña con poca experiencia coordinando los proyectos más importantes, en este caso, el de nosotros.
Así que debo ir a esa reunión y conocer a la hija del dueño de la Agencia, quien tengo entendido solo tiene veinticinco años y es una malcriada hija de papi y mami, y para chicas así, ya con la del semáforo tengo suficiente para esta y otras dos vidas.
Termino mi trabajo y me dirijo a la agencia de publicidad, iré caminando puesto que es la hora pico y el tráfico será imposible, no tengo la menor idea de cómo a mi hermano se le ocurre programar reuniones a las seis de la tarde.
Este día ha sido un calvario, en la mañana, la chica del semáforo volvió a pegarse a mi auto y juro que intentó arrancar antes de que este cambiara, y para terminar de poner mis nervios de punta, sonó el claxon cuando este cambió a amarillo.
Así que, me he pasado todo el día pensando en ella y en lo hermosa que se encontraba; no llevaba mucho maquillaje, parecía cansada y como si hubiera salido de prisa, pero al final, voy a creer que ese es su estado natural, ir siempre de prisa, a excepción de las noches en las que cambia por completo y se concentra en convertirse en una espía, porque estoy seguro de que se la pasa acosando a alguien.
Siento un fuerte golpe en mi pecho ¿Qué diablos? Observo rápidamente el reflejo rojizo de una cabellera y reconozco de inmediato a la chica del semáforo ¡No puede ser posible! Ahora me la encuentro hasta en la calle y como si fuera un adolescente, mi corazón palpita con fuerza y solo pienso en el deseo intenso que tengo de besarla.
— ¡Fíjate por donde caminas, idiota! — Lo dicho, es una mal educada hija de papi.
— No faltan las tontas despistadas y además enanas — Me arrepiento de inmediato de lo que acabo de decir, pero es que esta chica altera mis sentidos y me enfurece como nunca nadie lo ha hecho.
Ella intenta responderme, pero la mujer que la acompaña, la toma del brazo y siguen su camino.
De todos los sitios en los que podría encontrármela, sucede en la calle y cerca al lugar de la reunión, como si París fuese el puto pueblo más pequeño del mundo.
Llego a la agencia y me encuentro con mi hermano, quien sonríe un poco abochornado. Espero que no haya sucedido nada extraño con la niñata que quiere llevar nuestra cuenta.
— ¿Qué sucede, Nil? — lo abrazo y observo como un hombre de un poco más de cincuenta años se aproxima a nosotros.
— Te presento al señor Bellerose, es el dueño de la agencia y lastimosamente no nos tiene buenas noticias — Me dice mi hermano mientras estrecho la mano del hombre.
— Por un error, mi hija no fue informada de la reunión y no se encuentra en la oficina, les pido disculpas por este inconveniente, les aseguro que es algo que no volverá a repetirse — Nos dice el hombre realmente apenado, pero eso es algo que a mí no me interesa.
— ¿E imagino que no han logrado contactarla? — Mi hermano me mira y frunce el ceño, ¿cómo diablos dirige una empresa tan exitosa con lo buena persona que es?
— Le he dicho al señor Bellerose que no la molestara, nos reuniremos con ella en algunos días. Por el momento, realizaremos la reunión con usted, si le parece señor Bellerose y usted será el encargado de transmitir lo que deseamos a su hija — Me quedo mirando a mi hermano, que a pesar de ser el mayor es más bajo.
La gente siempre suele intimidarse ante mi presencia, mido casi dos metros y aunado a mi cuerpo delgado y musculoso, proyecto una imagen un poco sombría.
— Por supuesto señor Devereux, mi hija estará encantada en presentarles la propuesta cuando ustedes lo soliciten — Sé que mi hermano podría decirles que en un mes, pero yo no voy a dejar que nos tomen el pelo, así que espero que la señorita Bellerose nos presente algo extraordinario, porque no voy a permitir que mi hermano les entregue la cuenta de nuestra empresa tan fácilmente.
Al salir de la reunión, que finalmente fue muy corta, mi hermano me pide que lo acompañe al bar de la chica con la que sale; es un lugar exclusivo y él está muy orgulloso de su trabajo, así que vamos a tomarnos una copa, mientras mi hermano saluda a su novia.
Al llegar a la entrada del lugar, por el rabillo del ojo, creo ver a la pelirroja saliendo de prisa del bar. No puede ser ella ¿Verdad? Porque esto parece que ha dejado de ser una casualidad, no puedo encontrarla todo el tiempo y nunca he creído en el destino, así que probablemente la chica sea una acosadora y me esté siguiendo.