Monic Glubenir, era la mujer que había estado rogando por amor al Capo ruso en los jardines de Venecia horas antes del festival, no había peor enemigo que una mujer herida y traicionada por quien consideraba el amor de su vida. Todas las prostitutas que se habían acostado con ese hombre quedaban con ganas de repetir, pero hasta ese momento ninguna mujer había tenido el placer de repetir con él.
Era un hombre que se fastidiaba con facilidad, las mujeres solían gustarle solo por un rato y cuando tenía lo que quería de ellas perdí el interés, para un ser que tenia no solo por su posición sino también por su sexy tractivo garantizadas las piernas abiertas de todas las mujeres que deseaba no era necesario reservarse para una sola.
La única que lo había calado profundo era una extranjera de ca
