CAPÍTULO 5 | Sentidos de Alerta

1650 Words
William, buscaba como loco a los italianos que estaban en su territorio, la disputas entre su familia y ellos habían iniciado por un pleito que muchos considerarían menor, pero el que en estos momentos ellos invadieran y rompieran los trataos de paz que tenían desde hacía mucho tiempo hacía que el menor de los Willer se desestabilizara. William era un joven hermoso, un rubio de ojos verdes que había heredado de su hermosa madre, Isabella Willer había sido la mujer más afortunada del mundo al poder criar a sus hijos a su imagen y semejanza, a pesar de su muerte temprana ella había dejado de 14 años a su pequeño quien desde esa edad demostraba que sería un fiel seguidor de las torturas y de la sangre, aunque era el menor era quien controlaba la capital, ya que sus mayores negocios se centraban en Gales ciudad oficial de capo. Era por esto que no deseaba que unas manadas de italianos entraran a su ciudad, necesitaba seguirle demostrando a su hermano que esa ciudad estaba bajo su total control y que estaba apto para gobernar junto a él. “Arturo” como era conocido el menor de la familia inglesa por la mítica historia del rey prometido para Gran Bretaña, es hermoso, sus ojos, su cabella y su escultural cuerpo eran una completa tentación y el deseo de muchas, no existía mujer en el mundo que no quisiera estar con él, pero su corazón estaba cerrado ante cualquiera de ellas. Él tenía un amor prohibido uno que solo conocía su hermano, estaba enamorado de una mujer que había tenido el placer de conocer y saborear hacía ya 5 años, aquella joven esa una diosa en la cama y como siempre no pregunto ni su nombre, pensaba en que todo sería como las otras veces solo que luego de despertar con una cama vacía del gran hotel de su propiedad la chica lo lleno de tanta intriga que se vio tentado a buscarla y la encontró, la encontró para volverla hacer suya tantas veces que había perdido la cuenta de los gemidos con su nombre que la chica había gritado pidiendo que no se detuviera, como si sus identidades no importaran ninguno de los dos menciono su nombre, solo era s**o, hasta el día que la chica desapareció sin dejar rastros la única información que pudo obtener de ella en el hotel era su nacionalidad ITALIANA, la mujer que durante 1 mes lo tuvo loco era parte del enemigo y dejo de buscarla, pero aun así en cada mujer con la que estaba trataba de encontrar algo de ella y esto lo hacía desde que ella se fue y aun no tenía resultados, estaba loco sediento por encontrar a alguien como ella, pero sería imposible como esa peli roja de ojos azules no había nadie similar. Luego de un par de horas logro dar con la casa en la que creían se escondían los hombres italianos que consideraban estaban invadiendo su territorio, pero al entrar se encontraron con hombres desarmados que se rindieron ante ellos rápidamente. William no entendía lo que pasaba, pero luego de asegurar el perímetro dio paso para que su hermano ingresara al lugar. - Per favore, signore, non siamo nemici (Por favor señor no somos enemigos). Dijo el lider de los Fabbri con la cabeza agachas. - You say that they are not enemies, and you speak to me is your f*****g language? Who are you and what do you want in my country? (Dices que no son enemigos y ¿me hablas es tu maldito idioma? ¿Quién eres y que quieres en mi país?). Les dijo Connor tomando haciendo enfrente de ellos. - Solo estamos escapando, en estos momentos no somos bienvenidos en Italia. Menciono el hombre recibiendo por parte de Connor una sonrisa burlona. - y ¿ese es mi problema? Los italianos no son bienvenidos aquí tampoco, pero si quieren quedarse tendrán que darnos información. Él y su hermano se miró y sonrieron aprovechando que los hombres en el suelo no les miraban en rostro. - ¿Información? ¿Qué tipo de información? Pregunto el líder levantando la cabeza. - ¿queremos saber que hacen aquí? Y la razón por la cual mataron a sus hombres, los del barco. Dijo William tomando la palabra. - Los del barco ¿están muertos? Dijo uno de los italianos levantando la cabeza al igual que su líder para luego ver cómo le tiraban en el piso las fotografías de sus compatriotas colgados y con esa frase, Dios la frase “Los italianos no se venden”. Durante unos minutos guardaron silencio, Fabbri debía pensar bien en lo que haría porque en definitiva no podían hablar demás, pero tampoco quedarse callados, en realidad al el ser el segundo hijo no tenía mucha información de hecho penaba al igual que sus hombres que el hijo de Máximo era el hijo mayor del capo y heredero de Italia, desde que Monserrat nació ese rumor fue esparcido aprovechando que el pequeño tenía solo 6 meses al momento de Monserrat nacer y lo hicieron pasar como el hijo escondido de los reyes de la mafia italiana, dijeron que lo habían hecho por la seguridad el niño, pero en realdad pocos conocían la verdad. El silencio fue roto por un grito de Connor. - Hablen o les cortare la lengua. Al ver sus ojos vieron lo que todos los enemigos del inglés temían ese deje de poder y autoridad del que nadie de escapaba. - Señor, nosotros no los matamos, de hecho, somos desertores. Dijo el italiano – Si los del barco en realidad están muertos y esas imágenes son ciertas ustedes tienen un problema más grande, il boss d'Italia è qui (él capo de Italia esta aquí) Connor no necesito traducción para eso, de hecho, lo entendió muy bien y sabía que ese no era un problema que si de hecho habían matado a su propia gente en ese barco era porque o venían a buscar problemas solo a llevarse su mercancía y a matar a quienes estaban casando, y él en ese momento no estaba de ánimos para una guerra por lo que ordeno que se comunicaran con el Capo italiano como fuese y les entregaran a sus hombres y su mercancía, a William también le pareció la mejor solución dado que una guerra solo empañaría sus noches de diversión. Los hombres extranjeros fueron tomados con brusquedad y llevados a ciegas hasta el lugar donde se realizaría la entrega, encontrar a un capo no era difícil siempre y cuando este quisiera ser encontrado y Monserrat quería a esos malnacidos en tierras italianas para divertirse un rato. En menos de dos horas en un sitio abierto las camionetas blindadas de Máximo pararon en el lugar donde yacían en el piso los últimos 2 Fabbri y sus hombres de seguridad más su mercancía. - Gracia milla per la consigna. Quisto è un gesto di pace che apprezziamo (Muchas gracias por la entrega. Este es un gesto de paz que agradecemos). Connor tuvo que acercarse a su traductor para que le dijera lo que le acababan de decir Connor solo asintió. - Please let us know next time you come and we will avoid problems (Por favor la proxima vez que vengan avisen y evitaremos problemas). Maximo solo asintió hacienda el mismo gesto que Connor anteriormente, hizo una señal para que sus hombres recogieran la carga la embarcaran y emprendieron el regreso al lugar donde se encontraba su señora. Algo le decía al inglés que las cosas no estarían bien y que a pesar de su buen acto las cosas se saldrían de control, el hombre al que vieron no se presentó tampoco dijo ninguna palabra que los ayudara a deducir de quien se trataba solo llego dio las gracias y se marchó. Para él era muy sospechoso por lo que mando a duplicar la seguridad de cada rincón de Londres para poder manejar cualquier tipo de situación, los instintos jamás le habían fallado y le gritaban que tuviera cuidado. Esa noche fue por un trago y terminaría recibiendo el mejor sexo de su vida, era imposible olvidar a esa mujer luego de la forma tan bestial en la que se la había c****o, ninguna le había permitido someterla al grado en el que ella lo hizo, le permitió recorrerla toda, besar cada centímetro de su cuerpo y dejar marcas que sabía demorarían días en desaparecer, pero el encontrarse con una cama vacío y una nota vaga no lo deja estar tranquilo, necesitaba más de ella, su m*****o necesitaba nuevamente estar en su interior, sus dedos pedían agritos recorrer nuevamente su piel y perderse en es mata de cabello espesa y risada, pero algo si tenía claro no era una prostituta ninguna se hubiera ido sin cobrar, además todos los bares de la ciudad eran suyos y el conocía la mercancía que ofrecía en ellos. Se vio al día siguiente pidiéndole a su jefe de seguridad buscarla, topándose con la sonrisa burlona de su hermano había pasado por eso, las mujeres los volvían locos a ambos, Connor no era un hombre de prostitutas, por lo que su Andrew supo que esa mujer debía tener algo especial para que su jefe le hubiera pedido buscarla hasta debajo de las piedras si era necesario y valla que tenía razón su jefe había pasado la noche con la mujer más hermosa de Italia una que al igual que él gozaba de poder y dinero, pero que desconocía la identidad del hombre con él que había pasado la noche, ella pensaba lo mismo que Connor era el mejor s**o de su vida, pero a pesar de ellos ella tenía la viva certeza que él era inglés y solo eso ya era un motivo de mucho peso para olvidarlo y guardar el recuerdo como solo una magnifica experiencia.
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