Estaba terminando de vestirse cuando el celular en su mesa de noche sonó, no estaba esperando la llamada de nadie por lo que el móvil tuvo que sonar un par de veces más para que ella lo contestara. Tomó el teléfono en sus manos y abrió la llamada. - No pensé que se fuese a olvidar tan rápido de mi Regina. Esa voz, esa ronca y sensual voz que podría reconocer en cualquier sitio – Te fuiste sin despedirte. - Lo siento señor Willer, pero ya conoce cómo son nuestras vidas. Ella no podía ocultar la sonrisa que esa llamada le había causado, había estado pensando en él y en la falta que le hacía en su cama. - Bueno acepto su disculpa. Monserrat soltó una risa muy divertida que la hizo mirar el teléfono y sonreír, pero sin emitir sonido alguno. - No me estaba disc