- Puja tu puedes vamos. La casa estaba corriendo como loca por todas partes, las mucamas no dejaban de subir y najar por las escaleras mientras que Henry estaba preocupado haciendo una zanja de tanto caminar al pie de las que ahora veía como interminables escaleras. La desesperación seguian intacta a pesar de que era el nacimiento de su segundo hijo y del tercero para Isabella, ya estaban casado y ahora ella bajo su nuevo nombre e historia podría disfrutar con el de todos los placeres de la vida y de su amor. Los padres de del Capo habían muerto y solo ellos conocían la verdadera procedencia de la mujer que ahora estaba inundando la casa de gritos por el dolor del parto. Para cubrir sus ideales y su reputación sus padres se habían llevado a la tumba el secreto de su hijo quien a