- No tenemos que llegar a esto Montserrat. Decía Connor mientras veía como su hermano era marrado en una silla, era su país y aun así se veía en una gran desventaja. - ¿no? Ella bufo – Esto en gran parte no es tu culpa, es de la puta de tu madre que por desgracia era mi tía. - Los italianos no matan a su propia sangre. Dijo al ver como su hermano era encañonado - Juro que si le haces algo te voy a matar. - Quiero verte intentarlo. Ella sonrió, mantenía una sonrisa en sus labios y se acercó a él – Aléjate de Palermo, aléjate de mi territorio y tu hermano podrá mantener su cabeza sobre los hombros o quien sabe quiza pierda las dos cabezas y le quiete a las putas de Inglaterra su juguete favorito. La seguridad de la Regina no pudo ocultar la risa, la promiscuidad d