Una fuerte explosión fue lo último que se escuchó esa mañana antes de que la casa de verano en la que estaba descansando su padre explotara, esa fue la última vez que supo de el con vida. Monserrat se encontraba en la residencia principal encargándose de varios asuntos luego de que los Fabbri dejaran un reguero de muertos luego de aquella cena la cual titularon “el compromiso de sangre”.
Aquella noche tranquila en la que parecía que la luna prestaba su luz a todo esplendor para que los presentes presenciaran el atros ataque, el patriarca de los Fabri y su hijo mayor habían sido brutalmente asesinados por varios disparos a la vez de varios de los presentes en la fiesta, en el mismo momento en el que la Principessa de la Famiglia menciono la palabra cacería todos sabían que acababa de pedir la muerte de aquellos que los habían traicionado, pero de ellos quedo un hijo vivo y ahora cobraba venganza por la muerte de su padre y hermano sin tener en cuenta que él sería la siguiente víctima de la macabra mente de Monserrat.
- Dime que es mentira Máximo. El guardaespaldas solo pudo agachar la cabeza y negó, sabia el dolor que le estaba causando la pérdida de su padre a la joven chica quien no estaba preparada para perderlo.
Monserrat se sumió en una tristeza tan grande que sus negocios tuvieron que ser manejados por sus hombres de confianza, Máximo y Gabrielle, ambos eran como padres para ella, pero el hecho de saber que estaba prácticamente sola en un mundo que deseaba comérsela la hizo sentir un poco de temor por primera vez en su vida. Quizá si hubiese sido más precavida y acabar con toda esa maldita familia nada de eso estuviera pasado, pero él hubiera no existe, así que ella tendría que tomar el control de sus emociones y salirse a comer el mundo que estaba más que listo para destruirla. Ella se tomó una semana para lidiar con su dolor y duelo, una semana en las que las calles italianas se mantuvieron en pleno silencio porque sus bares y discotecas al igual que ella guardaban luto al quien habría sido el promotor del crecimiento del viejo país. Su padre fue al igual que su madre cremado y lanzado a las calmadas aguas de su natal Venecia, nadie lo sabía, pero ellos habían sido quienes habían salvado a la mítica ciudad de su hundimiento y aunque ella no hubiese podido crecer en las mismas calles que sus padres sentía a esa isla como su hogar, por ello complació a su padre de en la muerte gozar de la libertad de volver a nadar en las aguas que lo habían visto crecer y convertirse en el capo que había sido. No sería fácil a pesar de haber sido declarada por su padre entes de morir la heredera de todo era consiente que muchos hombres arcaicos buscarías hacerse con el poder que a ella por derecho le correspondía por ello al lanzar las cenizas de su padre a las corrientes tenues del Canalé di San Nicolò, juro que el legado que el dejaba continuaría y que su sangre, la sangre de la vieja Venecia seguiría en el poder.
Tras la semana de duelo la Principessa salió de su habitación preparada para destruir a quienes le habían quitado lo único que le quedaba en su vida, si era cierto que aún le quedaban uno o dos familiares con vida sabía que estos esperaban un momento de debilidad de su parte para arrebatarle el trono de su padre, por ello lo primero que ordeno al salir fue que los Fabbri fueran cazados y exterminados y ella misma se dirigió a Palermo en busca de su tío Nicolò necesitaba con urgencia deshacerse de sus hijos bastardos nacidos del vientre de una Fabbri y poner en esa ciudad receptora de muchos de sus cargamentos por el puerto que poseía a una persona de su entera confianza, por lo que planeaba que el hijo de Máximo, Franco se encargara como terrateniente de ese lugar. Había crecido con ese chico, sabía quién era y que su lealtad absoluta era con ella y no con la familia de su padre.
- Si me hubieses informado que venias querida sobrina hubiese ido por ti. Dijo Nicolò acercándose a ella abriendo sus brazos para darle un apretón incómodo.
- Tranquilo tío. Dijo ella usando sus brazos para apartarlo – si te digo para lo que vine estoy segura de que se acabara tu hospitalidad, aunque después de todo esta casa que ostenta también es mía. Dijo terminando de apartarse de su tío haciendo que este borrara la sonrisa que tenía en su rostro.
- Bueno cuéntame ¿Para qué viniste? Dijo Nicolò con cierto aire de hostilidad
- Estoy enterada que tienes a una zorra viviendo bajo el mismo techo de tu esposa, mi pobre prima ha tenido que sufrir tus actos de traición por muchos años, pero yo he venido para liberarla. Dijo la chica haciendo que si tío frunciera el ceño.
- Tú no puedes entrometerte en mi matrimonio sobrina. Dijo el hombre apretando los dientes.
- Y tú no puedes decirme que hacer y que no, ella es mi prima, sobrina de mi madre quien pertenece a una de las familias más importantes de Italia, no sé cómo mi madre y padre permitieron que tú te casaras con Alexandra y más aún que le faltaras al respeto. El hombre intento hablar, pero la mano de su sobrina levantándose lo detuvo y ella continuo – sea lo que la has sometido y sé que la familia de mi madre se alzó con el poder de estas tierras por lo que mi prima se quedara aquí y ayudara a mi delegado hacer bien las cosas, con el tiempo ella podrá volver a casarse y tener herederos legítimos de esta tierra a quienes con gusto daré mi bendición. Dijo Monserrat mientras tomaba asiento.
- Tú no puedes hacer eso yo tengo hijos. Menciono acercándose a su sobrina.
- ¿Hijos? Más bien bastardos nacidos del vientre de una zorra que pertenece a una familia de traidores, los Fabbri nos traicionaron y mataron a mi padre, ahora ella y todos los que lleven su sangre pagaran las consecuencias. Con una señal de cabeza Máximo sometió a Nicolò llevándolo al jardín principal donde se encontraban Sadora Fabbri y sus hijos al igual que el sometidos de rodillas en el pasto.
Delante de ellos estaba Alexandra la mujer que durante años había sufrido de abusos por parte de su marido y de la amante de este, pero que el día de hoy obtenía su venganza a pesar de no conocerse mucho Monserrat y ella se guardaban un amor, respeto y lealtad profunda por eso ella apoyo a su prima en llegar de sorpresa y acabar con la escoria que yacía en su casa, Alexandra cuando se percató que su matrimonio no sería un cuento de hadas a escondidas tomaba píldoras anticonceptivas para evitar que su sangre se mesclara con un bastardo que no tenía nada parecido a Carlo el fallecido capo.
- Es un gusto volver a verte, gracias por ayudarme. Alex solo abrazo a su prima para mostrar el agradecimiento que sentía por su apoyo.
- Este cerdo no volverá a tocarte, gracias a Dios no tuviste hijos. Fue lo que le respondió Montse devolviéndole el abrazo – este es mi decreto. Continúo diciendo al soltar a su prima – Alexandra Spirito es la contessa de Palermo hasta que tenga un heredero y este tome su titulo, ellos seguira porlinea de sagre la gobernación y manejo de este hermoso lugar, en cuanto a mi tio, su zorra y bastardos tendran el final que nuestras tradiciones dictan Moriranno (moriran). Esas palabras hicieron que su tio palideciera.
- No puedes hacer eso soy el heredero de este lugar y según las tradiciones yo y solo yo lo puedo gobernar. Grito el hombre haciendo que su voz se escuchara en toda la nación.
- Ora parli di tradizioni? li hai infranti mettendo una volpe in casa di tua moglie e sottomettendola (Ahora mencionas las tradiciones? tu las rompiste al meter a una zorra en la casa de tu esposa y sobajarla). Dijo Monserrat mientras sus ojos se oscurecian de la ira – Moriranno, Moriranno e la loro morte sarà di esempio per tutti (Moriran y su muerte sera un ejemplo para todos.), pero antes de morir tu zorra me dira donde esta su primo o juro que veras como todos mis hombres violan uno por uno a tu bastarda. Esto ultimo se lo dijo tan cerca que Sadora tuvo que agachar la cabeza al ver el color casi que azul turquesa en los ojos de la chica.
- Lo último que supe de ellos es que iban camino a la vieja casa de los Fabbri ubicada en las montañas de Roma. No puso resistencia, de hecho, ni siquiera levanto su cabeza para no tener que volverá ver sus intimidantes ojos.
- Tu hija de quedar conmigo hasta verificar esa información y si es falsa pesara en tu conciencia el que sea utilizada como jugué para complacer a mis ejecutores. Sadora lloro y rogo porque mataran a su hija junto con ella, los ejecutores de la Famiglia eran sádicos enamorados de la sangre, se les tenía prohibido tener sexo con mujeres que no accedieran a estar con ellos y si lo hacían eran ellas mismas responsables de su final.
Ellos eran conocidos por ser fanáticos del s**o masoquista, en el que los juegos sádicos eran su principal entretenimiento, solo pocos habían soportado y salido con vida de una habitación después de haber compartido la cama con alguno de ellos. Monserrat dejo a la mujer gritando desesperada mientras veía como esos hombres se llevaban a su hija hasta que la información se verificara, si era cierta la niña seria envía a un burdel de los de mejor calidad donde no ser tocada hasta los 15 años era seguro, minutos después de que la Principessa diera la espalda se escucharon tres detonaciones, Nicolò, Sadora y su pequeño hijo Daniel habían sido asesinados con tiros de gracia, eso pasaba con aquellos que rompían las tradiciones y lastimaban a las mujeres de su familia, con ese acto Monserrat mando un fuerte mensaje a todos estaba dispuesta a matar hasta a su propia familia si se le traicionaba y aún más si eran lastimadas las mujeres que darían a luz la sangre de su herencia.
Cuatro años después de ese suceso, la estabilidad de Italia se posiciono y todos los gobernadores de las ciudades y provincias italianas se inclinaron ante el nuevo capo del país, era tanto su respeto que incluso las cosas fluían mejor que cuando estaba su padre, solo que en realidad era más miedo que respeto, Monserrat alimentaba la lealtad de sus hombres con mucho dinero y con masacres atroces que no solo demostraban que era capaz de todo sino también que su poder era absoluto ya que incluso el presidente electo había sido puesto en ese lugar por ella. Luego de todo ese tiempo y de ser reconocida como la mujer más poderosa del mundo por sus subordinados ella tenía casada y exterminada a casi toda la familia Fabbri, pero a quien más buscaba le había salido muy escurridizo, el hombre que había matado a su padre (agregar nombre), pero quién erróneamente había dejado leves rastros de ser quien estaba detrás de la pérdida de su cargamento con rumbo a Irlanda y que misteriosamente había sido encontrado en Inglaterra meses atrás, por los que dedujo que el muy malnacido había hecho alianza con sus mayores enemigos europeos, desde hacía siglos que las mafias no se tocaban, pero mantenían el respeto por las rutas y territorios del otro era así como habían mantenido la paz, pero si ese estúpido de Fabbri estaba robándole y vendiendo su mercancía en el país vecino o peor si le estaba robando para venderle directamente a los Willer eso detonaba en una guerra, una para la cual Monserrat estaba más que preparada y lo demostraba estando montada en ese avión dirigiéndose al gran imperio británico.