La muerte había estado presente en su vida desque que era muy niña, tuvo que enfrentarse a la perdida de su padre sola y luego explicárselo a su hermana quien yacía en una cama de recuperación y casi muere bajo la depresión de perder a quien llamaba el hombre de su vida, sus vidas estaban rodeadas de sufrimiento en su gran mayoría, pero los momentos felices eran tan grandes que podían eclipsar cada momento doloroso.
En la soledad, pasividad y silencio iracundo de su habitación se sumergió en el dolor y después de muchos años se permitió llorar, llorar a gritos y dejar salir de su ser todo aquello que llevaba guardando desde hacía años, delante de todos estaba manteniendo su rictus perfecto e imperturbable, pero esa mañana los nudos en su garganta amanecieron tan apretados que se vio en la
