Ava estaba encogida en un rincón de aquel lugar oscuro donde la habían encerrado preguntándose cómo su vida había acabado por haberse enamorado de un hombre como Derek, por no haber escuchado sus alarmas que le habían indicado tantas veces que no era para ella y eso la había llevado a aquel momento de desespero y soledad. Reagan había ayudado a Ava a bañarse, le había conseguido algo de ropa y comida, pero Derek insistía en mantenerla encerrada, solo para tener el gusto de escuchar gritar por estar encerrada en un cuarto pequeño y oscuro. El rostro del hombre que había muerto encima de ella no se desaparecía de su mente en las horas siguieron después de lo ocurrido. Había sido como revivir la muerte de Otto, que había muerto sobre ella de la misma manera, tan horrible. Ava estaba rod