Con el sonido de la puerta cerrándose no muy sutilmente, los labios de Aaron se torcieron de forma instintiva y su mirada viajó hacia Liam, asegurándose de que se encontraba bien antes de volver con Esteban.
—Lamento si he causado problemas —expresó algo culpable.
—No, está bien —respondió el omega mayor con un suspiro—. Todo lo que le dije a Bruce solo era la verdad, últimamente se ha estado tomando demasiada libertad con los miembros de esta familia, faltándome el respeto con la excusa de ser directo, si mi esposo estuviera aquí nunca me habría siquiera respondido de tal forma —argumentó.
—No creo que su preocupación por ustedes sea falsa —observó.
—Lo sé —asintió, acercándose a ambos—. Pero eso no le da el derecho de tratarte y hablarme como lo ha hecho hasta ahora —indicó—. Y no cr
