–Caleb, la cena esta servida -Hai se asomo en la puerta por segunda vez.
–Enseguida voy -volvió a desaparecer.
Amy había aceptado mi solicitud, y bueno tal vez cuando vio mi nombre volvió a recordar los viejos tiempos. Revise sus fotos, que tenia muchas, unas seiscientas, claro que no las vi todas. O tal vez las vea algún día, tal vez salga en una de esas. ¿Qué tal si las reviso ahora mismo?. ash, puede que demore mucho pero vamos lo haré, ¿Cómo sabré si subió una de las tantas fotos juntos?, o tal vez las borro, pero tampoco sabré si es así.
Comencé a bajar y bajar, Amy siempre fue linda, y muchas veces llamo la atención entre los chicos, no simplemente por la forma alocada de ser algunas veces, tan solo por ser ella misma con todos. Bueno tal vez y ojalá siga así de simple como solía ser lo. No pude evitar quedar mirando algunas fotografías de ella, y es que tampoco me imaginaba de esta forma, pensando en ella y viéndola en sus redes. Estaba muy guapa desde la ultima vez que la vi, y claro a cambiado todo, estaba mas delgada y tenia algunos muslos. Me quede viendo aquella foto por minutos, estábamos ambos, sonrientes y mirando hacia la cámara. Habían tres fotos de nosotros, una en donde había un lago, estaba anocheciendo. Los recuerdos me vinieron como flechas a mi cabeza, y es que aquella noche fue una de maravilla, le pedí ser mi novia y luego hicimos el amor en el mismo lugar. Había otra foto, ambos dándonos un beso en una heladería.
–Amor casi terminamos con Khris.
–Si, ya voy Hai -bloqueé mi celular y salí junto a ella de la habitación.
–¿Qué hacías?.
–Hablaba con Spike -no hablamos mas hasta estar sentados junto a Khristel.
–Le contaba a Khristel como nos conocimos.
–Que bien –sonreí, o algo así.
Comencé a comer mientras las chicas seguían su platica, yo solo miraba mi plato de comida y nada mas, mi celular comencé a sonar, lo saque de mi bolsillo y las chicas dejaron de platicar, conteste.
–¿Alo?.
–¿Caleb?, soy Marck de la agencia de diseñadores de ambiente.
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–Amor necesito que vayas a dejar a Khristel a su casa -miré por unos segundos a mi novia para luego mirar a Khristel quien tomaba su bolso y se ponía en el hombro.
–Bueno vamos -asentí.
–No, yo no voy. Recuerda que queda por empacar.
–......Esta bien -caminé a la puerta principal, segundos después salí junto a Khris hacia el ascensor, bajamos al primer piso y salimos al estacionamiento. Una vez con el auto en marcha y rumbo a la dirección que me dio Khris. Mi celular nuevamente sonó, conteste.
–Holaaaa guapo.
–Hola Madi.
¿Qué haces?.
–Conduciendo ¿Y tú?.
-Pérdida.
–¿Perdida?, ¿Cómo es eso?.
–Ahí, sabes que los sábados salgo de fiestas con las chicas, pues y las perra me han dejado sola y no tengo con quien irme -Madi arrastraba la voz y sabia que era signo de que estaba borracha, aun así no me importo mucho, lo que importa es que le pueda pasar algo a esa chiflada.
–Toma un taxi.
–Haha, ¿Tu crees que el chofer tenga la intención de dejarme en la puerta de mi casa?.
–Pues, creo que si.
–Tonto, pasa por mi.
–No, no puedo Madi.
–Vamos ¿Acaso quieres que tu amiga se pierda?.
–Cosa tuya si te pierdes o no, yo no soy un superhéroe.
–Claro, eres mi super amigo, que será tan amable de venir por mi –rodee los ojos, doble el manubrio por una calle angosta.
–¿Estás borracha?.
–Cómo voy a estar borracha, tonto –solté un suspiro algo enojado, ¡no le creo nada a esta tipa!.
–¿Dónde estás?.
–Vendrás por mi.
–Solo si me das la dirección.
–Mónica Prada.
–Ok, espérame ahí.
–Nos vemos -cortó la llamada.
–¿Tu amiga? -mire a mi acompañante.
–Si, es una loca por las fiestas.
–Hahah.
–Creo que aquí es.
–Si, bueno muchas gracias Caleb -beso mi mejilla y se bajo del auto.
–De nada –esperé a que entrara a su casa para ir ahora en busca de Madison.
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–Pesado -la ayude a subirse al auto, luego lo rodee subiendo de piloto.
–No es de pesado, siempre eres así Madi, ¿No es hora de que cambies?– me puse el cinturón y encendí el auto– ponte el cinturón.
–Me gusta ser así– puso su cinturón y puse el auto en marcha a su casa.
–Pues tu estas mal, creo que a nadie le gustaría estar todo los sábados borracha y drogada, y luego el domingo tener resaca.
–Pues estas bien en ese punto.
–Tengo que hablar contigo.
–¿Sobré que?.
–Bueno, a ver. Se que soy tu único amigo hombre y a veces eres algo inmadura y que no sabes cuidarte sola. Sabes que eres como mi hermana pequeña.
–Ve al puto grano.
–Me iré de Reino Unido.
–Co.. Como que te iras.
–A si es, me voy a Los Ángeles.
–¿Cuándo?.
–Este lunes.
–No puedes irte Cal, no puedes dejarme aquí -su voz tembló.
–Madi, no -estacioné fuera de su casa- por favor, lo que menos quería era que alguien se pusiera así.
–De verdad no puedes dejarme aquí, ¿Que haría sin ti?.
–Prométeme que te cuidaras y cambiaras esa forma de ser tuya, tan alocada –ella me miro por un segundo y asintió.
–Lo prometo.
–Bien, ya me puedo quedar mas tranquilo y no sabré que andarás por ahí sola.
–¿Puedo hacer algo antes de que te vayas?.
–¿A que te refieres con hacer algo?
–Shhh, solo observa –se acomodo frente a mi en el asiento de copiloto, apago la luz del interior del auto, comenzó a sentarse sobre mis piernas a horcajadas.
–Madi.
–Que.
–Esto esta mal, tu estas borracha.
–Se lo que hago menso -acercó su boca a mi mejilla, y dio un lento y casto beso, dio un suave camino de roce hasta mis labios.
–Madi, debo irme.
–Hailee puede esperar -atrapó mis labios en un momento en el que los abrí para hablar, comenzó a mover su lengua sobre mi boca, pero yo en cambio no reaccionaba, solo basto que lo hiciera en cuanto dio un pequeño brinco sobre la zona de mi pene, mis manos viajaron de su cintura hasta su trasero, dando un leve apretón, Madi gimió, luego de eso comenzó a moverse sobre mi, sus manos se fueron a mi abdomen bajo la remera, me la iba a quitar pero yo frene.
–No, Madi sal ahora mismo de mi auto -alejé mi rostro de ella, y mis manos igual.
–Pero si lo estabas disfrutando.
–Madison, ¡ahora mismo! – alcé mi voz bastante enojado
–Ash, adiós -se bajo del auto y yo sin mas me fui rápidamente al edificio.
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Camine dentro del ascensor, cuando las puertas comenzaron a cerrarse, una mano se interpuso en el y estas volvieron a abrirse, una chica entro a este, sonriente pero distraída. Las puertas se cerraron por completo, muy rápido el silencio nos invadió, ¡como odio el silencio!. Comencé a moverme incomodo, y parecía que el camino hacia el piso veintiuno se hacia eterno. Deje de caminar por un segundo y me apoye en la pared, y mi mirada se fijo en la chica, quien me miraba con nerviosismo, fruncí el ceño.
–¿Que mi.. -la puerta del ascensor del piso dieciocho se abrieron y la chica salió rápidamente, dejándome con la palabra en la boca –Genial -las puertas se volvieron a cerrar y solo quedo esperar a llegar a mi piso, una vez en el camino hasta el apartamento. Las luces estaban apagadas, y no había ruidos. Supuse que Hail estaría durmiendo o en la habitación.
–¿Dónde andabas? -escuché su voz, estaba sobre el sillón frente al ventanal, estaba fumando.
–Fui a dejar a tu amiga, ¿Que mas podría hacer? -no le digas que fuiste por Madison, ¡No le digas que fuiste por Madison!.
–Sabes bien que no es así Caleb, ¿Porqué tardaste tanto?.
–Hail, por favor no comien...
–¡No comienzo nada!, eres tu el que siempre lo hace.
–No es tiempo para discutir Hai.
–¿Tiempo para discutir?, ¡HA!.
–Porque desconfías tanto de mi, es que no lo entiendo. Siempre sales con que yo te estoy engañando, ¿Es que acaso no me crees cuando te digo lo mucho que te amo?.
–No basta, no basta todo el amor que me das, si me haces creer que estas con otra a la vez.
–¿Que has dicho? -comencé a molestarme.
–¡LO QUE ESCUCHASTE!.
–Dios Hail si vas a comenzar con tus estúpidos celos, prefiero dejar esta conversación hasta aquí.
–Es mejor irme a dormir –se levanto del sillón y camino hasta la habitación.
–Lo mismo digo, ha sido un largo día –la comencé a seguir.
–Y tendrás una noche aun mas larga -fruncí el ceño, mientras paro bruscamente de caminar.
–¿A que te refieres?.
–Dormirás en el dormitorio de visitas.
-¿Qué? –camine rápidamente hasta ella.
–Eso, con permiso -se adentro a la habitación cerrando la puerta en mi cara, escuche el seguro de la puerta, y nada mas.
–Mierda, cuando todo va de maravilla, llega alguien y lo caga todo. ¿Quién es ese?... Tu Caleb todo el tiempo haces lo mismo ¿No?.
Camine a la otra habitación y me quite la ropa quedando solamente con mis bóxer, salí de la habitación a la cocina por un vaso de agua y algo de comer, luego me fui al baño de visitas (principal), lave mis dientes y mi cara. Salí y camine de vuelta a la habitación de, bueno nuestra pero por esta noche de Hail, me apoye en la puerta y me mantuve así por unos minutos....eternos minutos.
–Hail, linda abre la puerta ¿Quieres? -nada del otro lado- hey no estés molesta por cosas mínimas, si llegue atrasado no quiere decir que fue por que haya estado con alguien, abre -nada- buenas noches, descansa -apoye mi frente en la puerta algo cansado- te amo -murmuré, camine a mi nueva habitación y me acosté cayendo instantáneamente en un sueño profundo.
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A la mañana siguiente, no solo me desperté por la molesta calor que había en la habitación, si no mas bien por unos voces provenientes de la sala. Hail no era de muchos amigos, y ellos solo venían rara vez, cabía la posibilidad de que fuera algún cliente de la casa, pero ¿Qué no la compraría esta chica, amss...Khistel?. Me senté en la cama y comencé a ponerme el pantalón, en cuanto escuche que aquellas voces se aproximaban cada vez mas.
–Y esta es la habitación de huéspedes -la puerta se abrió rápidamente y yo de inmediato opte por saludar a la pareja, eran jóvenes y el chico se veía algo molesto por mi aspecto en esos momentos, me siento como si acabara de follar y mi pelo hubiese estado alborotado. La chica en cambio solo alzo una ceja y sonrió coqueta. ok, ¿No se supone que el que tiene tomado de la mano es su novio?, ¿Porqué me mira así?. Que incomoda esta situación, cuando sientes todas las miradas puestas en ti. Hail, al rato carraspeo preparándose para comenzar a hablar.
–Hola ams... Soy Caleb, novio de Hai, lamento que me hayan visto en este aspecto. ¿Qué tal les pareció la casa?.
–Hola, soy Claire y el es mi novio Raphael, no te preocupes, supongo que estas en tu casa, tienes todo el derecho de andar así -me señalo, Hail por un lado la miro, jodida celosa. Y por otro lado su novio solo se quedo mudo, y se digno a fulminarme- la casa esta maravillosa -¡esperen!, acaba de morderse el labio y dios me esta mirando, no puede ser así frente a su novio ¿Cierto?, claro que no puede.
–Me parece genial que la encuentren así, nos costo dejarla como queríamos. Pero bueno, esperamos que se venda lo antes posible, y es mas les puedo asegurar que no tendrá una mejor vista de Londres que este apartamento.
–Tienes toda la razón, a ambos nos gusta mas que nada la vista de una casa, pero esto a sobrepasado nuestras expectativas.
–Basta de platicas -Hail, mas bien forcejeó con la pareja para sacarla de la habitación y desaparecer junto a ellos. Yo salí tras ellos pero entre a la otra habitación, para cambiarme a algo deportivo, sabría que después de que se fueran ellos, a Hai le entrarían los demonios. Es la mujer mas celosa y bueno cabe decir que algunas vez, o mas bien casi la mayoría de esas, ella me harta y lo único que hago es mandarla al demonio y desaparecer por horas. Pueden cuestionarme todo lo que quieran por estar con ella o hablar porquerías, pero a mi nada me importa, yo la amo y admito que estoy vuelto loco, se que ella es buena persona y lo es, solo falla en lo celópata que es y la desconfianza que me tiene de vez en cuando. Y se que debo darle tiempo al tiempo para que ella puede ir controlando todo aquello.
Cuando ya estaba listo con un short y una remera simple. Tome mis lentes, mi celular, las llaves de mi auto y mi gorra. Camine por el pasillo hasta la sala, Hail hablaba con ambos, en cuanto a mi presencia voltearon pero siguieron con lo suyo, menos aquella chica. Camine a la cocina, me parecía conocida de alguna parte, se que la he visto pero no se donde. La mire escondido desde la cocina, fingiendo tomar agua, y mirándola desde el mesón que daba hacia la sala. Tome una botella de agua desde el friger y una manzana, salí de vuelta a la sala y pase por delante de todos sin pronunciar palabra, no intercambie miradas con Hail, ella me ignoro, el chico igual y la chica igual, bueno ella no tanto.
–¿Dónde vas?.
–Iré a correr, ¿Pasa algo?.
–Se suponía que ambos hablaríamos con los clientes.
–Losé linda pero, sabes que los domingos por la mañana salgo a correr -me acerque a ella, no me gusta estar peleado con Hail.
–¿No puedes cancelar?.
–No, pero -me hinque frente a ella, dándole la espalda a la pareja- prometo compensarte, además tu ayer me dejaste a cargo, estamos a pate- le di un casto beso y camine hacia la puerta- te amo y nos vemos luego. Adiós chicos fue un gusto conocerlos.
–Adiós -ambos hablaron, al fin habla el chico.
–Pensé que eras mudo Raphael -no recibí respuestas y salí carcajeando. Lose soy el hombre mas malvado de esta planeta.