Mi Caleb, te preguntaras mil cosas por tu cabeza, acerca de porque me fui y no hay rastros de mi en la casa, y sabes que no soy buena para las palabras y mucho menos en las cartas pero de una u otra forma tenia que hacerlo amor, yo siempre te amare y siempre te querré a ti ante todo. No se en que estaba pensando cuando conocí a Scoth, pero de lo que si estoy segura es que siempre te ame a ti, siempre y eso quiero que nunca lo olvides y que para cuando tu quieras hablar y solucionar las cosas, cuando tengas claro lo que quieres, yo estaré esperándote.
Te ama, Hailee.
Arrugue la carta y la bote al tacho, fui abrir la puerta, era Khristel.
–¡Hola Caleb!, ¿Como estas?.
–Hola, creo... Bien ¿Y tu?.
–Bien, Hailee me dijo que tenia que venir por las llaves antes de que te fueras.
–Ah, bueno toma –le entregue las llaves originales– aun falta por irme, por lo tanto tengo las llaves de copia. Cuando me valla las dejare aquí en el mesón.
–Bien, ¿No tienes hambre?. Hailee me dijo que no había nada en el friger, por eso te traje esto– me entrego una bolsa de papel– es un sandwich de pavo con un café para que comas algo antes de irte.
–¿Ella lo mando?– la mire y esta segundos después asintió.
–Creo que comeré algo en el aeropuerto– le di una ultima mirada y me voltee a buscar mis maletas, cuando volví a la sala Khristel aun estaba donde mismo– pensaba vender mi coche luego de que me fuera, pero como Hailee se quedara aquí, me gustaría dárselo a ella, solo tiene que ir por el al aeropuerto, y dejare las llaves a su nombre, para que las retire, ¿Tiene donde quedarse?, porque si es así yo le puedo comprar un depart....–Khristel soltó una risa– ella se quedara aquí mientras tanto, me dijo que empezaría desde cero, comenzara a trabajar conmigo para comprar sus cosas.
–Así es que...– me calle por unos segundos y negué con mi cabeza– olvídalo, tengo que irme ya Khris.
–Si, se te hará tarde.
–Adiós –tome mis maletas y pase por su lado.
Una vez afuera me pare y mire hacia los lagos pasillos en los que siempre solían haber discusiones con algunos vecinos. Luego mire dentro del apartamento, en los cuales pase mis mejores momentos con Hailee, y por ultimo mire el ascensor, donde estuve mis dos últimos días en una incomoda situación con unas cuantas mujeres. Camine hasta las puertas y presione el botón, segundos después ambas puertas se abrieron y yo me adentre rápidamente pero un cuerpo choco con el mío, provocando que choque contra una pared del ascensor.
–Lo...lo sien-to– la castaña se ruborizo, creo que ¡Dios santo!, pero si no es nada mas, ni nada menos que la amiga muda de la chica que me estaba fastidiando ayer.
–No te preocupes –le dedique una incomoda sonrisa, las puertas del ascensor se cerraron y hubieron eternos segundos de silencio– tu, ¿Tu eres la amiga de la chiflada que me siguió hasta el estacionamiento ayer?.
–Sssi, me llamo Jane, ¿Y tu?.
–Caleb, ¿Por qué estabas en mi piso?.
–Aah, porque –note como comenzaba a ponerse nerviosa y a mirar hacia todos lados, para fastidiarla mas, di un paso hacia ella, ella lo noto y trago duro.
–Aah, ¿Por qué?– la mire fijamente, puse en stop el ascensor.
–Ellas me dieron el número de tu departamento, y probablemente me estén esperando en la salida del piso dieciocho.
–¿Que se suponía que harías cuando estuvieras conmigo?.
–Bueno, ellas me dijeron que consiguiera una cita, pero veo que te vas– miro mis maletas– ¿Donde te vas? –volví a presionar el botón, esta vez el dieciocho.
–Estados unidos.
–¿Te gusta ese país o te vas por negocios?.
–Soy de allá –ella abrió sus ojos sorprendida– ¿pensaste que era británico?.
–Si –soltó una risa nerviosa.– entonces te vas y no vuelves mas –yo asentí.
Las puertas se abrieron y entonces ambas chicas caminaron hacia las puertas del ascensor, pero dejaron de hacerlo cuando me vieron ahí.
–Como no pudiste conseguir tu cita, tal vez funciones esto.– me acerque a ella tomándola por la nuca y acercando lo poco que quedaba hasta juntar nuestros labios. El beso duro poco, por que bueno, solo era para que sus amigas no la molesten, y porque también necesitaba un buen polvo pero vamos no puedo y no quiero con ella– adiós Jane.
Ella salió del ascensor lentamente se volteo a verme.
–Adiós.
Las puertas se cerraron y yo baje hasta el piso uno, camine hasta el estacionamiento y acomode las maletas en el coche y partí rumbo al aeropuerto, rumbo a mi hogar, ¿Como estarán mis padres y amigos?, no he contactado con mis padres desde hace diez meses, que decidieron viajar UK a visitarnos, tampoco saben que yo llegare hoy por la tarde y menos quiero que lo sepan, por que es parte de mi sorpresa. Después de media hora hacia el aeropuerto, me estacione y baje con las maletas.
Me adentre al interior de este y busque la recepción donde se dejaban las llaves de los autos.
–Hola buenas tardes, ¿Le ayudo en algo?.– la mujer tras el mesón me dio una rápida mirada.
–Si necesito dejar las llaves de mi auto.
–¿Cuánto tiempo?– todo esto tenia un costo obviamente.
–No lose, solo se que pasaran a buscarlo.
–¿Me puede dar su nombre?.
–Caleb Miller– escribió en su computadora
–¿Y el de la persona que lo retirara?.
–Hailee Davidson Rodríguez– ella volvió a escribir.
–¿Patente del auto?.
–UR245-8.
–Páseme las llaves– se las entregué.
–Por ultimo su firma, justo.... Aquí– apunto con su dedo, donde tenia que firmar y yo lo hice– ya esta listo joven, puede irse y que tenga un buen viaje.
–Gracias –camine lejos de ahí y mire la hora cinco con cuarenta y ocho.
Camine hasta una cafetería y compre mi desayuno, cuando ya había comido y no hay nada mas que hacer, que simplemente esperar. Me decidí por ir a comprar unos recuerdos y obsequios.
Iba por la quinta tienda y solo había comprado una cuantas cosas. Eran las seis con diez a.m y me quedaba tiempo, me decidí por la ultima tienda de golosinas. Comencé a echar gomas de mascar, masticables, gomitas, y varios dulces dentro de una bolsa. Por ultimo me acerque a la caja a pagar y salí de la tienda. Ahora si me fui a sentar para esperar a que llamaran.
–Hola –mire hacia mi derecha, había una chica de unos diecinueve años mas o menos, era de tez blanca y un pelo rubio extremadamente liso y largo caía por sus hombros, de ojos azulados.
–Hola, ¿Te ayudo en algo? –y... Ahí vamos de nuevo estúpido, la chica soltó una risa y rodó los ojos.
–Emms, ¿Por que tendrías que ayudarme en algo?.
–¡Vaya! –ambos reímos– no lose la verdad.
–Me llamo Sofia ¿Y tu?.
–Caleb, mucho gusto.
–Gracias, lo mismo digo, ¿Donde viajaras?.
–Los Angeles, ¿Y tu?.
–Noruega, soy de allá, ¿Tu eres norteamericano?
–Si, ¿Haz venido a pasar la vacaciones?.
–¡Si! Y bueno a visitar a mis tíos y primos. ¿Tu también?.
–Aams, no yo...Vivi dos años aquí, y creo que es hora de irme a casa ya.
–Cuanto debe extrañarte tu familia.
–Pues creo que si, la verdad no saben que voy de regreso.
–Es sorpresa.
–Ahah algo así.
–Vuelo AZ257 con destino a Oslo, por favor dirigirse a compuerta treinta y dos.
–¡Dios es mi vuelo!– se levanto del asiento y comenzó a saltar, yo reí.
–Que tengas un buen viaje.
–Igual tu Caleb, me dio gusto hablar contigo, por que no sabes lo aburrida que estaba, esperando el estúpido avión. Adiós– se despidió con la mano y comenzó a caminar –¡Ah!, se me olvidaba. ¿Me puedes dar tu numero?. Tal vez cuando viaje a Los Angeles necesite un guía turístico– soltamos una risa.
–Si claro, me parece una idea bastante entretenida –ella me paso su celular y yo le escribí mi numero en contactos, luego se lo entregué– entonces te estaré esperando para el tour por Los Angeles Sofia –reí.
–Mas te vale ¿Eh?. Bueno ahora si adiós, o si no el avión se irá sin mi.– volví a reír y ella se fue. Que chica mas agradable, realmente me alegro el día aquella muchacha.
Conecte los auriculares al teléfono y me los puse en los oídos, ahora me entretendré con música. Miraba el maldito reloj cada cinco minutos, seis con veinte, seis con veinticinco, seis con treinta, seis con treinta y cinco, seis con cuarenta.
–Vuelo RJ164 con destino a Los Angeles, por favor dirigirse a compuerta setenta y cinco.
Me levante del asiento y camine con las maletas y bolsas de compra hacia la compuerta, deje mis maletas en la maquinilla de carga y entregue mi pasaje a una azafata.
Una vez ya sentado en mi sitio junto a la ventana, puse play a la música, de tan solo pensar que estoy a solo horas de llegar a casa, los bellos se me ponen de puntas, entrañaba mi vida en Los Angeles, y por mas que deseé irme de Londres, decidía que lo correcto era quedarme y disfrutar.
Pero ya estaba bueno volver ¿No?.
Alguien puso su mano en mi brazo y yo abrí mis ojos en alerta, una señora ya bastante vieja, me miro aterrorizada cuando el avión prendió marchar.
–¿Joven?.
–Si.
–Tengo miedo.
–Tiene por que, solo piense en que llegara sana y salva... Nunca piense en que existe la probabilidad de que el avión estalle o se caiga al mar– mala idea, la señora, abrió sus ojos aun mas y apretó su agarre en mi brazo enterrando sus uñas, yo me queje.
–Me da miedo estar cerca de la ventana, ¿Usted podría ayudarme?.– ¿Como podría hacerlo?
–Yo estoy a un lado de ella, no tema.
–Yo no quería estar aquí joven– comenzó a llorar y la gente que estaba adelante voltearon a mirar– yo le dije a la señorita que eligiera un asiento de el medio.
–¿Como la puedo ayudar entonces?–ella miro hacia todos lados desesperada, en cuanto el avión comenzó a despegar–solo manténgase sentada hasta que estemos arriba y luego ya puedo ver lo que hago– ella solo asintió, en cuanto estuvimos arriba no me quedo otra opción que hablarle a la chica que estaba al otro lado del pasillo en la fila de al medio– ¡Hey! –no miraba –¡La chica de vestido rosa! –volteo a mirar –¿Podrías ayudar a la señora e intercambiar asientos? –me miro incrédula, al parecer esta de mal humor, por su cara de culo. O tal vez sea a si por naturaleza, que se yo.
–¿Acaso estas flirteando conmigo?.
–¿Que?, ni te conozco, estoy nada mas ayudando a la señora que tiene pánico y no quiere estar cerca del ventanal.
–¿Es cierto señora?– la chica me ignoro y ahora miro a la señora quien asintió tiritona– Ok desabroche su cinturón y cambiemos.
–Gracias joven, dios le bendiga su viaje y también el mío.
Puse mis audífonos de vuelta y puse play nuevamente, la chica se sentó a mi lado y no se si fue con querer o sin querer que me pego un codazo en las costillas.
–¡Hey!, ¿Podrías tener mas cuidado?.
–Si, si, como sea.
–¿Que haz dicho?.
–Podrías callarte por favor, necesito muchas cosas que pensar ahora mismo.
–Bueno, no dejare de hacerlo, hasta que me pidas disculpas –Ella rió sarcástica.
–Si, si –dejo sobre sus piernas su bolso Louis Vutton, Voutton o cono sea que se llamen esas marcas raras y saco un folio con el nombre de audiciones 2016, y mas abajo el titular Victoria's Secret, reí sarcástico.
–Imposible que quedes para las audiciones.
–¿Que dijiste mugroso?.
–¡Uff!, te digo que es imposible que quedes, por el carácter de mierda que tienes y claro esa cara de culo que llevas, o tal vez sea de tu naturaleza ser así, pero no quedaras te lo digo de todas formas.
–¿Perdón?. ¿Quien te crees que eres?.
–Mi madre diseña para esa marca
–Haha, ¿Hablas de Jessica Raymond?.
–Si.
–Ya quisieras estúpido engreído, no tienes ni para pagarte un jet privado y serás hijo de Jessica Raymond.
–Lo que usted diga, señorita Angel Secret.
La conversación quedo ahí, ni uno hablo por el resto del viaje. Yo dormí la gran parte y la chica aun seguía leyéndose el filio y creyendo en que quedara audicionada. Cuando el avión al fin aterrizo en Los Angeles, me levante del asiento pasando por encima de la chica.
–¡Ten mas cuidado imbecil!.
–Si, si como sea señorita Angel Secret.
Salí riendo, hacia fuera del avión, camine dentro del familiar aeropuerto en busca de mis maletas y salí del aeropuerto por un taxi que me llevara hasta la casa eran cerca de las cinco de la tarde y lo mas probable es que mis padres no estén, pero vamos que mas da ¿No?. La gente de seguridad me conocen así que no tendré problemas en pasar.
–¿Donde se dirige joven? –me pregunto el chofer cuando ya todo estuvo dentro del auto.
–Avenue, colorado 76, calle Robinson
–¿La mansión Miller?, ¿Esta usted seguro que va ahí?.
–¿Que demonios dijo?.
–¿Que si usted esta segu....– lo interrumpí.
–Bastante seguro.
–¿Es usted algo de la familia Miller?.
¿Que?, como es que... Santo dios, de que me perdí estos últimos dos años, ¿Alguna cagada se habrán mandado mis padres que se hicieron conocidos?.
O simplemente se le ocurrió una brillante idea de crear otra estúpida empresa. Por que la verdad no entiendo como el conoce mi casa y las horrible porque es conocida por la mansión Miller, simplemente el nombre no me gusta, es... Es raro y horrible.
–Ssi. ¿Dígame como usted conoce la mansión de mis padres?, quiero decir Miller– corregí rápidamente.
–¿Los Miller son sus padres?.
–Respóndame la pregunta.
–Ellos nunca nombraron tener un hijo, solo dijeron que tenían dos niñas.
–¿Que? –por un momento creí que mis ojos de saldrían de mi rostro ¿Dos?.