MI AMOR REBELDE

PAGANDO LAS CUENTAS

Ha pasado una semana desde que llegué al pueblo dónde estoy pagando mi castigo y aún me cuesta levantarme temprano pero logro llegar al menos media hora después de las 7 am.

Mi jefe esta enojado conmigo, aunque es su estado natural, le parece ser mi costumbre llegar tarde y me aviso que estará descontado dinero de mi pago que precisamente llega esta semana.

Aquí no he tenido la tentación de irme de antro ya que mis compañero son muy tranquilos y pasan la mayor parte del tiempo trabajando.

Carlos me llama a la oficina para pagarme como a todos los empleados pero me deja a lo último, seguramente para molestarme.

Recibo el dinero en efectivo de mi primer sueldo y como era de esperarse me a descontado los dias que he llegado tarde como me lo había advertido mi papá.

Salgo de la oficina con el sobre y veo que es apenas la mitad de lo que le debo por la fumigación, guardo mi dinero y sigo mi labor de limpieza junto a doña Tere.

Al estar por cerrar la tienda Carlos como todos los días revisa todo el supermercado, yo estoy por salir y se que su novia lo está esperando afuera.

Me armó de valor, ya que estoy apenada por no poder pagar mi deuda con el amigo de Carlos pero afuera del supermercado le digo con seriedad.-

- Carlos, se que es el trabajo de tu amigo pero no junte el dinero de la fumigación, te doy mi pago y le prometo que mi próximo pago le termino de pagar.-

Carlos me recibe el sobre y me pregunta en son de burla.

- ¿No dijiste que tenias en tus tarjetas?-

Miro a Carlos enojada y le contesto.

- Sabes que esto es un castigo, mi papá me las canceló-

Carlos suspira y dice.

-Yo hablaré con mi amigo-

Le agradezco y sin más me voy pero Carlos me alcanza para preguntarme.

- ¿Te gustaría ir a cenar con nosotros?-

Le agradezco pero lo rechazo pues su novia y yo no nos llevamos bien, recuerdo que varias veces ha pasado sobre mi trabajo para que lo vuelva a hacer para vengarse de mi primer día.

Pasa otra semana en este castigo, parece que el tiempo pasa lento, está semana ha sido difícil por qué me quedé sin dinero, no tengo nada para comer pero siempre mis compañeros no sé si por casualidad o por qué es evidente mi situación, me han invitado de su comida pero hoy me toca nuevamente mi paga.

En esta semana solo un día llegue media hora tarde, asi que espero pagarle al fumigador y me quede dinero para mi mandado.

Carlos me llama a su oficina y como siempre soy la última en firmar la nómina, él me da mi pago y me felicita sin entusiasmo por mi labor ya que he llegado incluso varias veces temprano pero salgo de la oficina sin hablar más con Carlos.

Cuento mi dinero al finalizar el día de labores y veo que han llegado solo 200 pesos extras pero al menos tendré para comprar nuevamente lo básico.

Esta vez Amelia a cerrado la tienda por que Carlos ha tenido que ir al doctor con su padre.

Voy caminando a mi casa con mi mandado básico, me encuentro al fumigador sonriendo me dirijo a él y lo saludo.

El fumigador me saluda sonriente y amable, muy diferente a Carlos, cuando le digo que tengo su dinero el no entiende de lo que hablo y le explico que no me he olvidado de la deuda.

Me mira y me dice confundido.

-Carlos pago el servicio ese mismo dia-

Me sorprendo, me siento una tonta pero le agradezco apenada con él pero me molesta que Carlos me mintiera o mas bien me lo ocultara.

Llego al trabajo temprano y espero que llegue Carlos para hablar con él.

Carlos llega temprano, baja de su carro viejo y me ve confundido pero empieza abrir la tienda.

- Quiero hablar contigo- le exijo molesta.

Al terminar de abrir la tienda y poner todo en funcionamiento me lleva a la oficina y antes de sentarse me pregunta con una pequeña sonrisa.

- ¿Ya te rendiste al castigo?-

- El fumigador me dijo que pagaste la deuda ese mismo día- le digo molesta.

Carlos me mira serio y me dice.

-Si lo hice porque él necesitaba el dinero, nadie trabaja gratis, bienvenida al mundo real-

- Yo te di el dinero para que le pagaras- le digo enojada.

- Si, me pagaste la mitad y recuerda que me debes aún la mitad- me contesta con seriedad.

Miro a Carlos molesta aunque tiene lógica su argumento e incluso debo agradecerle pero me cae tan mal que le doy el dinero y me voy a trabajar.

Pasan dos semanas más trabajando, así que llevo un mes menos al castigo, algunos días sigo llegando tarde por que me quedo limpiando y remodelado el departamento que parece tener un poco más de vida.

Carlos me da mi pago pero como ya tengo un mes y tiene falta de personal, me ofrece una vacante como afanadora limpiando y acomodando la mercancia ganando un poco más.

- Si cubro mis labores de limpieza y soy afanadora ¿Puedo ganar los dos sueldos?

Carlos me ve analizando mi propuesta y me dice.- Solo un poco más -.

Acepto y toco la mano de Carlos que hacen que sienta algo extraño pero no lo hago saber.

Llevo varios días trabajando doble para que pueda al menos comprar mi mandado, pagar la luz eléctrica, agua y mis necesidades básicas.

Estoy acomodando la mercancia pero como varios clientes son constantes ya me identifican, me saludan y preguntan por los productos a los que atiendo con gusto, ya que han sido muy amables conmigo y aunque nadie lo crea tengo educación.

Llega una voz familiar que me pregunta por productos de higiene personal, volteo a ver a la persona y recuerdo que es Leonardo, el joven que me acompañó en el avión.

Sonríe y al verme saluda con cara de sorpresa, platica conmigo y me invita a tomar una copa después del trabajo a lo que acepto, no solo por qué es muy guapo sino también por qué creo que me merezco un poco de distracción.

Carlos me ve con Leonardo y me pide limpiar un pasillo de una forma muy grosera.

Muero de vergüenza y me despido de Leonardo.

- No te preocupes el deber te llama- me dice Leonardo sonriente .

- Si las cuentas que pagar- le hago el comentario en voz baja y con vergüenza.

- Paso por ti a la hora de tu salida- me dice Leonardo antes de despedirse de mi con un beso en la mejilla que me hace sonrojarme.

Veo como Leonardo se va pero la cara de Carlos me despierta de mi sueño viviente, asi que molesta sigo con las actividades de mis trabajos.