ERIC
Tras mi charla con Raphael, tengo mucho que pensar. Mis padres entran un rato y luego me dejan solo para que medite que voy a ser realmente con mi vida.
¿Quiero volver a caminar? Si. ¿Quiero volver a pasar por mil dolores? Mierda no. ¿Quiero volver a ser al menos la mitad del hombre que alguna vez fui? Demonios sí, por supuesto que sí. Entonces, ¿Qué me lo impide?
Muy a mi pesar tengo que reconocer que yo mismo.
Estoy aterrado de llenarme de ilusiones y que se me caigan en mi cara como un castillo de naipes, las palabras de Raphael vuelven a mí, ¿Te amas Eric? ¿Te amas lo suficiente y los amas lo suficiente para seguir adelante? Y me da miedo aceptar que puede que tal vez no me ame lo suficiente.
Me he abandonado.
Tanto física, como emocional y mentalmente.
Me he enjaulado en mi pena y mi dolor, he alejado a mis seres queridos de lado. Al principio, nuestros demás familiares venían a visitarnos y me encargue de gritarles a todos y a cada uno que se largaran, las primeras veces volvieron, después, dejaron de hacerlo.
Y no los culpo, fui realmente cruel con ellos.
¿Y mis amigos? Pase de tener miles a un simple puñado. Porque hice lo mismo, algunos realmente no me importo perder ya que no aportaban realmente nada a mi vida salvo una que otra fiesta, alguna que otra amiga para una noche de placer sin compromiso, pero otros, si me dolió ver cómo se alejaban.
Raphael tiene razón. Necesito reencontrarme.
La puerta de la habitación se abre y Alondra entra despacio, el cuarto está a oscuras, ya es medianoche pasada, pensé que ya estaría en su casa descansando. Ella se acerca sigilosamente a mi cama y yo me quedo quieto, revisa mis signos vitales en los monitores y reajusta el goteo de mi intravenosa, reajusta mis cobijas y por último, acaricia mi cabello.
- ¿Cómo te sientes? – susurra sorprendiéndome, pensé que se había comido mi teatro de estar dormido - ¿comiste? –
- Estoy bien, y si, si comí y debo decir que estuvo mejor de lo que esperaba –
- Bien, pedí en la cocina un favor especial –
- Gracias, ¿estas bien? –
- Cansada, un poco preocupada, hoy ha sido un día de locos en el piso de quirófanos, en el hospital en general para ser sincera, esta noche será una muy larga y mañana la espera será infernal –
- ¿Paso algo? – pregunto impulsándome con mis manos para sentarme mejor
Ella suspira y me contesta suavemente, la tristeza gotea cada palabra
- Un accidente, una persecución en realidad, el esposo de una de las doctoras más queridas del hospital esta grave, papá, Dayana y el tío Kurt tuvieron que operarlo en simultaneo junto al jefe de cirugía general, si pasa la noche hay grandes probabilidades que sobreviva, también hubo otros heridos –
- ¿Eres cercana a alguno de ellos? –
- Si, la doctora Maggie, he trabajado varias veces con ella y fue quien me recomendó para mi especialización en la USC1 , también conocemos a los chicos Latham, su padre ayudo al mío en la parte legal en mi adopción –
- Espera, espera, ¿Latham? Mierda, dame nombres Ally, mi mejor amigo es Finn Latham –
Aun en la penumbra de mi habitación puedo distinguir su rigidez, ella asiente y se me desploma el estómago.
- Sus hermanos, Adolfo y Colton resultaron heridos –
- Mierda, dime que están bien Ally –
- De hecho, si, ya fueron atendidos, se quedarán en observación, Colton tuvo una dislocación del hombro derecho y laceraciones menores, Adolfo se fisuró el humero y tuvo una contusión al golpearse la cabeza y tardaron en encontrarlo ya que había caído por una especie de barranco al salirse del auto tratando de llegar a su hermano –
- Mierda, necesito mi celular, tengo que llamar a Finn –
- Él esta abajo, antes de subir estaba vigilando a sus hermanos, si quieres puedo ir a buscarlo –
La dulzura en la voz de Alondra al referirse al cuidado de mi amigo con sus hermanos me hace recapacitar un poco, si él está aquí, no tengo que entrar en pánico para avisarle.
- No, no, déjalo tranquilo, mañana puede ser, esta noche debe estar en modo mamá gallina con esos dos –
- Ya lo creo, el pobre estaba en el aeropuerto listo para abordar cuando lo llamaron a avisarle del accidente –
- Si no estoy mal, iba para Chicago a resolver un asunto del bufete, el viejo Latham no ha estado muy bien que digamos por estos días y le ha tocado hacerse cargo de algunos viajes extra –
- Si algo de eso nos dijo, de hecho, no le han avisado aún a Latham padre y han mantenido a la prensa al margen para que los nombres no se filtren –
- No tengo nada en contra de la libertad de expresión y bla, bla, bla, pero algunos periodistas a veces son unos malditos buitres, esperando el momento preciso para atacar la carroña –
- Eso les paso cuando tu tuviste el accidente ¿cierto? –
- Si fue horrible – suspiro pesadamente recordando – no habían terminado de bajarme de la ambulancia cuando ya estaban haciendo fila esperando una foto o una declaración, ¿puedes creer que pretendían conseguir una foto de mi hermanita muerta? –
Alondra jadea sorprendida.
- El abuelo intervino y tuvimos que proceder legalmente contra varios, fue un circo y luego cuando salí por primera vez del hospital, aún ataviado con los aparatos y drogado hasta las cejas con los medicamentos, la misma historia –
- Lamento mucho que hayan tenido que pasar por todo eso, pero no te preocupes, por aquí hemos aprendido un par de lecciones y hay un protocolo para este tipo de casos que nos permite mantenerlos alejados de los pacientes y sus familiares dentro y fuera de las instalaciones –
- Me alegra escucharlo –
- Bueno, iré a buscar una sala de descanso y te veré por la mañana –
- ¿Los fisioterapeutas hacen guardia? – pregunto curioso
- No, pero esta fisioterapeuta tiene a sus tres familiares más cercanos haciendo guardia esta noche y detesta irse a dormir sola y preocupada, así que, me quedo –
- Por supuesto, entiendo –
- Sólo quería pasarme a ver como estabas antes de irme a descansar –
- Gracias –
- Estas bien así o ¿necesitas algo más? –
- Me lo preguntas como profesional o como niñera –
Alondra se ríe acordándose de la petición de mi padre que he sacado a colación, si bien en el momento no me causo gracia, veo el encanto ahora.
- Me encantaría decir que te lo pregunto como una amiga –
- No soy bueno haciendo amistades últimamente, pero hare un esfuerzo contigo ya que vamos a estar muy cerca los próximos días –
- Sólo si tú quieres, mi intención nunca ha sido ser impositiva, si te molesta mi presencia o quieres una segunda opinión, estas en todo tu derecho de pedirla –
- Supongo que cause una gran impresión – resoplo resignado, luego de unos segundo retomo – debo admitir que tu personalidad me pareció un poco chocante, aun me lo parece con todo tu despliegue de dulzura, la sentí amarga por muy irónico que lo parezca, pero he tenido unas horas para pensar en muchas cosas y una de ellas fue que me he estado cerrando a todos, inclusive a mí mismo, así que, tal vez sea bueno, abrir una ventana y dejar que un pequeño rayo de sol se asome –
- ¿Y ese rayo de sol, vendría a ser yo? –
- Si, a menos que tengas hambre, me dijeron por ahí que te transformas en Hulk –
Alondra se queda callada unos segundos, mirándome fijamente, para luego estallar en risas, carcajada tras carcajada me va contagiando hasta que una enfermera nos viene a regañar para que bajemos la voz, Alondra se disculpa, me da las buenas noches y me deja para que descanse, sintiéndome mucho más liviano, me quedo dormido.
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Dos días después, soy visitado por mi mejor amigo, Finn Latham, quien me pone al corriente de toda la situación familiar, no puedo evitar sentir una punzada de dolor, pero también de alivio, no le deseo a nadie un accidente y mucho menos la muerte de un hermano, no cuando se esta tan unido como el trio Latham, estos chicos ya han pasado por mucho cuando su madre murió, noto en la rigidez de su andar que Finn está recordando todo eso y es inevitable.
Cuando me visitó, Alondra también apareció, y me disgustó mucho la manera tan familiar en la que se trataron, no debería importarme, pero simplemente no me gustó, trate de no hacer ningún comentario al respecto, sin embargo, creo que el cambio en el ambiente fue muy obvio y Alondra nos dejó rápidamente solos.
Ayer, me visitó una nutrióloga amiga de Alondra y para mi absoluta alegría, nótese el sarcasmo, la psicóloga que me mencionó Raphael y también una psiquiatra. Cuando el neurocirujano en cuestión viene a verme hoy después de que Finn se fuera, noto las líneas de preocupación en su rostro y decido dejar de lado el tema de la inesperada visita de la psiquiatra.
El pobre hombre se veía más que exhausto, me habla de la cirugía del esposo de su colega y lo mal que esta el pobre hombre, fue quien peor lo tuvo en el accidente, el tipo a quienes perseguían, tuvo una gran contusión y se fracturo una pierna, pero de resto está en perfecto estado y bajo arresto, además me cuenta que había secuestrado a su hijastra y la pobre estaba bastante maltratada.
- ¿Qué decidiste sobre la propuesta que te hice? – me pregunta Raphael en una clara movida para cambiar de tema, odia a los padres maltratadores.
- Decidí que voy a hacer este proceso piloto que propones – su sonrisa es inmediata – con una condición –
- Por supuesto –
- Note que todas las médicos que me han visto, han sido mujeres, quiero que siga así –
- Si, después que nos contaste lo que te pasó, el personal que te va a atender fue cambiado, a excepción de mi hermano y de mí, todas serán mujeres –
- Si, la verdad no pensé que fuera a ser algo de que preocuparme, pero cuando veía que eran mujeres, algo se calmaba en mi –
- Es comprensible, el trauma residual es completamente real amigo –
- Gracias por gestionarlo –
- En realidad, me estoy llevando el crédito de Ally – confiesa - ella fue quien me hizo esa observación si debo ser sincero, también me pidió que fueran casadas y respetables, algo escucho hablar a tus padres que la puso un poco molesta, también se aseguró que las enfermeras que te están atendiendo cumplan con esos requisitos –
- Debió haberse enterado que la última enfermera que me estaba cuidando en casa quiso propasarse conmigo, supuestamente para ver si algo se movía allá abajo –
- ¿Y se mueve? –
Alzo mi ceja tanto que creo que me llega a la línea del cabello, Raphael se ríe de mi expresión.
- Oye amigo, es una pregunta totalmente profesional, quiero saber si debo incluir a una uróloga o algo así, recuerdo que en un principio tenías problemas… –
- Sin problemas de esfínteres ahora, gracias por el recordatorio – le interrumpo
Él se ríe y me hace señas con el dedo índice levantándolo, dándome a entender sin palabras si he tenido una erección y por nada del mundo voy a admitirle que fue con su hija así que solo asiento y desvió mi mirada mientras él sigue riéndose y toma apuntes en su Tablet.
- Eso está muy bien – dice un momento después - la capacidad para lograr y mantener una erección y por supuesto llegar a la eyaculación, puede verse afectada debido a una lesión de la médula espinal como la que tuviste, que seas capaz de tener erecciones y controlar nuevamente tus esfínteres significa que tanto circulación como nervios se han ido restableciendo con éxito en tus órganos y el problema está únicamente a nivel musculoesquelético, de todos modos si tienes algún síntoma de alerta, podríamos consultar con un especialista –
Suspiro un poco derrotado y decido ser sincero con él.
1. (University of Southern California)