Cuando ambos hermanos salieron del salón empezaron a caminar tranquilamente.
-Que destino tan cruel le espera al príncipe Jilian, aún recuerdo cuando en el banquete en honor a la reina Karmir lo tiraste del caballo en aquella carrera donde se suponía yo debía estar, el pobre debió morir de vergüenza.- recordaban el suceso de hace años.
-Creo que la mejor parte fue cuando me quité la armadura y todos vieron que una "delicada dama" derrotó al gran príncipe Jilian. Oh hermano, tu usando un corsé y un velo, mientras finjias ser yo... Extrañaré esos tiempos, aunque los castigos de padre eran severos para ti. Aún no entiendo cómo no me odias...- sonaba arrepentida en verdad.
-Hermana, el día que naciste yo prometí hacerte feliz hasta dónde me fuera posible porque como caballero y tu hermano es mi deber. Así que no me importó sufrir mil castigos con tal de verte feliz sin ninguna restricción.-
-Oh hermano, prometo que cuando sea reina de Arsen te voy a rescatar de la bruja de Frida y nos iremos a otro país a vivir como cazadores en una cabaña.-
-No si yo te rescato primero, camarada.- ambos reían mientras caminaban por el palacio hasta que chocaron con alguien.
-Saludos, Príncipe heredero, princesa Soreth.- la amable chica hizo una reverencia en señal de respeto.
-Princesa Gara, saludos y bienvenida al palacio real, me disculpo por el aspecto con que nos encuentra el día de hoy, si desea que la acompañe hacia algún lado estaré más que dispuesto.- el joven príncipe estaba nervioso ante la mirada de la princesa del reino de Arsen, hermana de Jilian I e hijo de Tirdan III rey de Arsen.
-Gracias Caster, pero justo ahora estoy huyendo de Karmir, si me permitieras esconderme en algún lugar donde ella no sospeche, te deberé un gran favor.-
-Deberias ir a la alcoba de Caster, nunca te encontrarán ahí.- dijo Soreth rompiendo la burbuja de su hermano.
-Soreth! No seas insolente, si los sirvientes te escuchan los rumores de que soy un degenerado irán por todo el reino.- Caster parecía un rojo tomate de la vergüenza que sentía en esos momentos.
-Vayamos entonces los tres juntos, si Karmir me encuentra va a castigarme por desobediencia.- la dulce mirada de Gara convenció al príncipe.
La alcoba de Caster era espaciosa y estaba ubicada en el ala oeste, muy lejana del salón real y Karmir no buscaría en un lugar tan remoto.
-Debo dejarlos a solas, si mi padre me busca y no haya rastros de mí sospechara, puedes esconderte en el tunel que va hacia los establos o quedarte aquí, hasta pronto tortolos.-
Al accionar la espada se abrió un túnel en el piso y Soreth salió de la alcoba dejando al nervioso príncipe junto a su amada.