—No te esfuerces Lucero. —Me quedan pocos días por vivir, madre superiora. El tiempo se me acaba y debo decir todo lo que tengo guardado aquí—. Habló con cansancio Por otra parte. Margo se instaló en un hotel, la mujer estaba furiosa y triste por la reacción de su hijo. Reprochaba, que amara y valorara más a un bastardo que a ella. Por años intento averiguar sobre el origen de ese niño, para así devolverlo a sus familiares, sin embargo, su hijo había ocultado bien la información. Pero debía encontrar la manera de averiguar quiénes eran los padres de ese niño y si eran unos pobre diablos los convencería de que pelearán por el niño a cambio de dinero. Era poco el tiempo que tenía Santiago para darle un nieto, y se estaba acortando. De no lograr tenerlo, su cuñado se quedaría con el pode