Richard Vi que Hazel tragó saliva y me sorprendió mi fascinación por eso. Dejé que mis ojos recorrieran su cuerpo de nuevo, se veía tan jodidamente sexy en ese traje y ya podía imaginarme desnudándola. Cuando la vi frente a la empresa, me quedé boquiabierto, no se parecía en nada a ayer. Se veía profesional, e incluso sus anteojos se sumaban a la sensualidad. No pude evitar preguntarme entonces si ella realmente estaba aquí para trabajar para mí o seducirme en su lugar, pero con gusto aceptaría lo último. -No realmente señor, solo estoy tratando de cumplir con las reglas- respondió, sin levantar la vista para encontrarme a los ojos. Siempre he sabido que lo que más teme la gente de mí son mis ojos. Sharon me lo había dicho con valentía cuando tuvo la oportunidad. Pero aunque fue mi aspe