sean bienvenidos

3565 Words
Con una superficie de 3270km cuadrados, la isla de jade contaba con una única bahía que servía de entrada y era habitada por diferentes especies sub-acuáticas que se refugiaban en su gran arrecife de coral. Para evitar que esta vida marina sufriera por los desembarcos, se creo un puerto  justo al final del arrecife, y para poder acceder desde el puerto a la isla se debían abordar embarcaciones especiales, botes de fondo plano que eran capaces de soportar cargas de 3 toneladas, y se movían a través de rieles escondidos en el lecho marino. Un sistema de cadenas fabricadas con un metal de alta resistencia era el encargado de guiar los “vagones de carga” desde el puerto exterior hasta una terminal dentro de la isla, que estaba justo en la desembocadura del río. Joseph estaba entusiasmado, sus ojos brillaban mientras veía cada aspecto de este magnífico sistema, su estructura, sus materiales, su funcionamiento; relacionaba cada cosa con los libros que había leído. Para el, poder observas de primera mano todas aquellas maravillas de las que solo había leído le daba una sensación de expectativa, el ser consciente de la cantidad de cosas que hay solo aquí, de las que tanto leí, y quizás existan otras que nadie ha registrado, su cerebro estaba a punto de estallar al repasar tanta información en tan poco tiempo, incluso… Su mirada de repente se quedó perdida en el vacío, su expresión era rígida y sus manos se aferraron a la barandilla del bote, una voz de mujer apareció en su cabeza, pidiendo ayuda, y gritos de niños resonaron junto a ello, gotas de sudor aparecieron en su frente -todos se quedan viendo cómo idiotas la primera vez que ven este paisaje- una voz lo trajo de regreso a la realidad. Su rostro se su aviso y volteo en dirección a quien le hablo. Agror estaba acostado en uno de los bancos que estaban dispuestos para los pasajeros, su sombrero de paja cubría su rostro y su mano derecha sobre el, mientras su izquierda tocaba el suelo; levantó su sombrero y miro fijamente a Joseph. -se que piensas en los libros que leíste sobre este lugar, pero créeme, hay muchas cosas de este lugar que solo entenderás con tu propia experiencia- lentamente se sentó y luego se puso de pie junto a Joseph, mirando la inmensa playa, los edificios a lo lejos y los botes frente a ellos que iban a la isla, así como los que venían de regreso. -¿qué vienes a hacer a este lugar? Digo, no se ve que necesite la intervención de un gran señor como tu- dijo sin quitar la vista del paisaje. Ciertamente no sabía que catástrofe requería la presencia de Agror en la isla, después de todo un lugar tan maravilloso debe estar muy bien organizado y dirigido correctamente. -no dejes que tus ojos te engañen, ciertamente el gobernador de la isla es un gran jefe, y ha sabido dirigir este lugar, pero hay cosas que escapan de sus manos- saco una fruta de su bolsillo y se la mostró a Joseph, que rápidamente puso su atención en ella -estas frutas solo se dan en esta isla y las encontré en el paso de Rostas, justo dos días después de encontrarte- Joseph tomo la fruta, que tenía el tamaño de un pulgar y a pesar del tiempo todavía brillaba como si estuviese recién cortada de su árbol, su piel era de color rubí y soltaba un aroma dulce que hacía agua la boca. Instintivamente la acerco a su boca y antes de morder la Agror lo detuvo – aunque me encantaría ver la cara que pondrás no creo que pueda cuidarte durante los próximos 3 días cuando te enfermes, está fruta es dañina para humanos, son el único alimento de las garzas de ojos rojos, un ave que solo se ve en esta isla- al terminar de hablar tomó la fruta y volvió a guardarla en su bolsillo. -eso fue hace meses, ¿tu poder te permitió preservarla?- -esta no es una fruta cualquiera chico, tarda años en descomponerse, solo el estómago de una garza de ojos rojos puede digerirla, pero esta isla tiene un régimen extracto sobre exportaciones, quisiera saber cómo llego al centro del continente de Gaia- -vienes a investigar, interesante, entonces ¿donde comenzaremos?- -¿Comenzaremos? No me digas que te estás interesando en los misterios- He leído bastantes guías y libros sobre investigaciones forenses y métodos que podría usar, este parece el escenario perfecto para ello- -pensé que solo te quedarías viendo lo que sucedería- un poco impresionado, Agror lanzó una pregunta firme. - creo que sí terminamos rápido con esto podré observar mejor las maravillas de esta isla- dijo de forma suelta y natural, ciertamente este asunto había despertado su curiosidad, pero poder ver todo lo que este lugar tenía para ofrecer simplemente era una idea irresistible para el. Al llegar al terminal había distintos hangares dispuestos a lo largo de la orilla del rio, era como una estación de trenes, algunos solo eran para botes de cargamento y continuaban su camino hacia lugares para su descarga y/o almacenamiento, otros en cambio seguían una línea totalmente diferente, llevándolo hacia los andenes de desembarco. Al salir de los andenes debías ir directamente al registro, donde se haría constancia de la entrada  y salida de cada persona, habían varias mesas dispuestas con hombres y mujeres haciendo fila para informar de su ingreso, era como ver cualquier terminal o aeropuerto en nuestro mundo.   Agror camino directamente a la puerta y Joseph lo siguió, pero a este último lo detuvieron unos hombres con uniforme azul –disculpe señor, pero necesito ver su identificación- dijo uno de los guardias que llevaba una boina negra, estos hombres tenían el cabello liso  hasta los hombros y aretes en las orejas, tenían nariz aguileña y ojos pardos, su piel era acaramelada y su expresión muy seria, como la de los nativos americanos navajos. Agror se acercó a interrumpir la ocasión –el hombre viene conmigo- dijo mientras mostraba el anillo en su mano, era de bronce y tenía una piedra de jade incrustada justo en el centro, con grabados que simulaban raíces. -señor Agror- dijo el hombre de la boina al tiempo que se inclinó levemente –aunque es un honor recibirle después de tantos años, me temo que la ley no está sujeta a excepciones, él debe mostrar sus documentos y ser registrado como todos los demás- -entonces regístrenlo por favor, supongo que para ustedes será fácil llevarlo a alguna mesa y realizar el trámite- -Lo sentimos, pero no tenemos tratos especiales con ninguna persona señor, todos deben formarse- dijo el hombre que hizo una seña para que se retiraran los demás guardias. -vamos hombre, el me acompaña y el viaje fue muy duro- dijo Agror tratando de convencer al hombre que en ningún momento cambio su expresión, parece que su título de señor no funcionaba muy bien aquí, y de seguir así las cosas podrían ponerse un poco molestas -no te preocupes, me formare para el registro- Joseph dijo al tiempo que saco de su bolso su identificación Uno de los guardias lo acompaño a la fila más cercana mientras el de la boina detuvo a agror que  los seguía –señor, tengo órdenes del jefe tribal de llevarlo inmediatamente a su despacho cuando usted llegue a la isla-   Este aviso agarro por sorpresa a Agror, pues no había informado a nadie sobre su visita a la isla, pues todas las personas que conocía allí seguramente habían muerto hace muchos años -¿Qué asuntos podría tener el jefe conmigo?- -ciertamente no lo sé señor, pero esas son mis órdenes y debo cumplirlas- dijo el guardia sin vacilación. Luego de soltar un largo suspiro decidió acatar la solicitud del guardia –déjame informarle a mi amigo y luego me dirijo directo al despacho, él nunca ha venido así que se perderá si camina solo, ¿podrías encargarle a alguien que lo acompañe al despacho del jefe tribal por favor?- Agror camino hacia donde Joseph se encontraba, la fila para registrarse era larga, y el proceso parecía durar unos 10 o 15 minutos por persona –lo siento amigo, pero tendrás que quedarte atrás, el jefe tribal desea mi presencia inmediata- dijo con cierto desaliento, no era normal para el recibir ordenes, pero tampoco era que quisiera entrar como un criminal a este lugar, si quería evitar problemas, ir voluntariamente era la única manera. Joseph que parecía saber lo que Agror  pensaba respondió –está bien, adelántate, ya encontrare forma de llegar al despacho al terminar aquí, algún día- -un guardia te llevara allí- respondió rápidamente -me siento de la realeza, supongo que también me llevaran en un auto-carro con un sirviente que me sirva bebidas y galletas, ¿o no?- soltando una pequeña risa, continuo –supongo que si hay beneficios al viajar junto a un gran señor- -sí, eran más pero desmantelaron el sindicato de obreros hace años, espero que te diviertas en la aduana amigo mío- dijo el hombre mientras se alejaba. Rápidamente su figura se confundió entre la multitud hasta que se perdió, mientras Joseph veía como infinita la larga fila para poder entrar a la isla. La isla de jade funcionaba como un especie de parada de carretera para el reabastecimiento de embarcaciones que viajaban entre el continente antiguo y la región del renacimiento, pues debido a la gran cantidad de monstruos de mar que atacaban barcos, el señor de los mares estableció una ruta segura por la que las embarcaciones pueden transitar sin peligro alguno, colocando a lo largo de ella jinetes de serpientes que están prestos para resguardar las naves  y sus cargamentos, así como evitar cualquier ataque. Esto convertía a la isla de jade no solo en un destino turístico, sino también en una zona comercial importante donde llegaba gran multitud de personas, y a pesar de su limitado espacio la organización y planificación permitió un desarrollo sustentable del lugar, teniendo una única ciudad principal y diferentes pueblos o aldeas distribuidos a lo largo del lugar, y por la cantidad de gente que llegaba de forma constante, era fácil ver que el turismo era realmente un buen negocio en ese lugar.   La oficina del jefe tribal quedaba justo en el centro de la ciudad principal, era un edificio de tres plantas que abarcaba una manzana completa, fue construido de forma ovalada y en su última planta se disponían dos puentes conectados en el centro que permitía el rápido acceso entre las cuatro alas del edificio.  Justo en el centro había una plaza de acceso público donde se realizaban distintos actos y servía a su vez como entrada al despacho del jefe, ubicado en el último piso del ala sur, justo en el centro –supongo que han estado muy ocupados- se dijo a si mismo Agror, que veía con asombro la ciudad que se extendía a lo largo de la playa, había recorrido cada del mundo durante todos sus años de vida, y pocos se habían desarrollado como este, pero era algo que le preocuparía en cualquier otro lugar, solo debía ver más hacia la montaña para estar tranquilo, pues los edificios y casas no se extendía más allá de la zona forestal que el mismo estableció la última vez que visito ese lugar –parece que si han hecho su trabajo en todo este tiempo, supongo que tome la dirección correcta- Cuando el auto-carro se detuvo, había oficiales con uniforme blanco y una franja azul que atravesaba diagonalmente, todos con boinas azules, y dieron un saludo al señor de la tierra, el jefe tribal estaba justo en medio de ellos junto a un joven que tenía un chaleco de cuero y llevaba dos pequeñas trenzas al igual que pintura de guerra y una banda roja en la frente, tenía botas de cuero y el celo fruncido. El jefe tenía puesto un impecable traje blanco con botones y detalles negros, y su expresión era solemne, y sin dudarlo, se inclino ante Agror, al igual que el joven a su lado -para mi es todo un honor recibirle Agror, señor de la tierra- al levantar su rostro el hombre de espesa barba y largas greñas le abrazó fuertemente, esto lo dejo muy sorprendido, pero siendo receptivo también le abrazó. -tú debes ser Tongo, eres la viva imagen de Shiki- -mi bisabuelo siempre contaba del gran favor que le hizo a nuestro pueblo al devolvernos el poder y autoridad en esta tierra, decía que usted tenía mucha confianza en nosotros y que jamás dudo de capacidad de mi gente para gobernar y proteger este lugar- -y hasta hoy mantengo ese credo- respondió con un pesar en la voz, como quien habla de una persona amada que ya no está en este mundo -¿cómo supiste que llegaría hoy a la isla?- ciertamente esa era una duda que necesitaba ser respondida. -llevo meses esperando su llegada señor, le explicaré todo en el despacho, por favor acompáñeme- dijo el hombre dando media vuelta, antes de retirarse hablo en su lengua natal con el joven junto a él -dile a los cazadores que estén preparados para cualquier orden- -como ordene el jefe- respondió el joven que con un pequeño grito parecido al ladrido de un perro hizo que los guardias rompiera la formación y salieran justo tras el, corriendo hacia el edificio de gobierno.   Caminado por los pasillos Agror no pudo evitar mirar cada detalle de la construcción, las columnas parecían enredaderas con cientos de años que se habían vuelto rígidas, y las paredes tenían la rigidez de la coraza de un árbol antiguo. A lo largo de las paredes, varios retratos de personas con sombreros de plumas, ropas de cuero y rostro pintado eran visibles, y Agror reconoció a los primeros como la primera corte se sabios de la isla. Al ver sus rostros no pudo evitar sentir nostalgia y una sonrisa de dibujo en su rostro. Al llegar a la gran habitación llena de archiveros y libreros llenos hasta el techo el jefe le ofreció un sofá de cuero marrón que estaba justo en el centro del despacho, y arias tasas de arcilla estaban junto a un jarro con una bebida oscura -¿gusta de un trago de flor del mar seño?- ofreció el hombre muy amablemente, Agror acepto y tomo la taza en su mano, el jefe sirvió para ambos y tomo asiento justo en el sofá del frente, quedando ambos cara a cara.   -lamento un comité de bienvenida tan pobre señor, pero estos últimos meses hemos tenido que aumentar las fuerzas en el bosque de sangre y la arboleda estrellada, hemos descubierto campamentos no autorizados y excavaciones en zonas sagradas, así como árboles cortados sin permiso y esqueletos de varios animales, creemos que hay personas entrando por alguno de los escarpados traseros de la isla- -supongo que avisaste al bosque del génesis sobre está situación- -si, en cuanto sucedió, pero me informaron que usted no había regresado de sus viajes, que enviarían a un guardián a buscarlo, pero no pensé que tardaría tanto, he hecho lo más que he podido hacer pero no hemos dado con los responsables de estos crímenes contra la vida silvestre de nuestra isla- Tongo no pudo evitar expresar rabia, golpeo con fuerza la mesa -nuestra existencia en este lugar es para guardar y proteger la fauna y flora de este lugar, inclusive nos hemos esforzado por generaciones para demostrar que se puede vivir cómodamente y respetar la naturaleza al hacerlo, es indignante que todavía hay quienes no respetan la naturaleza-   -comprendo tu irá, pero si encomendé está tarea a tus antepasados fue porque estoy seguro de que son capaces de resolverlas, con el tiempo y las herramientas correctas, pero no fue eso lo que me trajo a la isla -dijo al tiempo que sacó de su bolsillo un pequeño rubí del tamaño de un na ciruela, al verla, Tongo se sintió confundido -¿Por qué está aquí entonces? No comprendo- dijo el hombre que no sabía cómo responder ante esta situación -nunca llegó a mi un ave guardián ni ningún mensaje que me informara sobre la situación en este lugar, vine al encontrar está fruta escarlata en el paso de rostas, hace dos semanas, y se lo meticulosos que son en la aduana y lo incorruptible de tu pueblo ante guardar a cualquier costó este y cualquier otro ecosistema,  por ello vine lo más rápido que pude, pero me entero de esto ahora que estoy aquí- Agror tenía décadas de experiencia en estos casos, sabía que una o varias bandas criminales estaban sacando algo de la isla sin que el gran jefe supiera, no era la primera vez que veía una situación similar a esta, pero no estaba seguro de si estaba conectado de alguna forma con la fruta carmesí que encontró a tantos kilómetros de allí. -¿Tus hombres han encontrado alguna pista?- -se echo…- Tongo se levantó y se acercó a su escritorio, que estaba repleto de royos de papel y diferentes tipos de hojas. Tomo un Royo n***o y se lo entrego a Agror quien al abrirlo vio imágenes de los campamentos, que fueron encontrados por los cazadores, en estos se veían diversas carpas distribuidas de forma disparejas y fogatas igualmente distribuidas, algunas incluso se habían encendido por este descuido, más abajo habían distintos cuchillos, arcos flechas ballestas y hachas de dos manos. Más abajo, estaban las imágenes de los árboles cortados, para sorpresa de Agror solo una especie arbórea había sufrido los ataques de los leñadores; en una imagen se vieron diferentes árboles intactos y solo unos de tronco n***o y hojas amarillas estaba tirado en el suelo y destruido completamente “no tiene sentido, este árbol no sirve para construir nada, y como leño existen otros que arden por más tiempo” pensó para si mismo. Miro nuevamente el fruto carmesí y sintió que algo malo estaba a punto de pasar.     Joseph por fin había terminado su registro y un guardia se dispuso a acompañarlo al despacho del jefe tribal, pero justo en la puerta un aparato con forma de almeja comenzó a brillar, en su centro había una gema redonda muy pequeña que emitía una fuerte luz, el guardia se alarmó al verla y se excuso con Joseph -mis disculpas señor, pero es una señal de alto rango, debo reportarme a un centro de comando, ¿podría esperar un momento para llevarle a su destino?- se excuso el guardia -honestamente me no ha Sido un buen día, y me gustaría reunirme con mi amigo lo antes posible, si me dice como estoy seguro de poder llegar a la oficina del jefe tribal- visiblemente estaba arto de esperar, solo quería salir de allí.  El guardia vaciló un momento y luego de pensar unos segundos siguió caminando fuera de la terminal, justo en la puerta exterior se veían grandes edificios de 5 y 6 pisos a lo largo de la avenida, y anchos caminos por los que auto-carros de distintos tamaños iban y venían. En el centro de la avenida está una estructura de metal de dos pisos con grandes ruedas negras y varias butacas distribuidas, muy parecidos a los botes de los que acababan de bajar -este auto riel recorre toda la ciudad y es para paseos turísticos, tardará una hora aproximadamente en llegar hasta el despacho del jefe tribal, pero hay dos cazadores a bordo así que es muy seguro, si no le molesta esta es la vía más factible para que llegue a su destino- al terminar de hablar puso su atención en Joseph, pues no quería faltarle el respeto, pero esa luz parpadeante era un aviso de alta prioridad que no podía ignorar. Pero para Joseph esto era perfecto, sabía que no estaba allí por turismo, pero era una gran oportunidad de recorres este maravilloso lugar antes de reunirse con Agror nuevamente, y a diferencia de esperar de pie en una fila, hacerlo mientras observaba las impresionantes construcciones de esta ciudad -supongo que no es tan malo, muchas gracias- el guardia saco de su bolsillo unas monedas de cobre y se las paso, luego dio media vuelta y salió trotando a dentro de la terminal nuevamente, para Joseph era una situación inesperada pero un poco ventajosa, así que fue directo al auto riel y, dándole las monedas a uno de los cazadores, tomo asiento en la parte de arriba y espero solo 3 minutos a qué se pusiera en marcha. Una joven de piel acaramelada y cabello largo que tenía una especie de vestido ancho color naranja y estampados florales apareció frente a todos y con una gran sonrisa comenzó a hablar -sean todos bienvenidos a la isla de jade, la gema más hermosa en todo el océano de paz, espero que disfruten este pequeño pero informativo recorrido por la ciudad, recuerden que si en algún momento desean bajar solo pueden hacerlo en los puntos ya establecidos a lo largo de la vía, no se levanten de sus asientos mientras estemos en movimiento y por su seguridad los cazadores estarán en las puertas para evitar que alguna persona suba o baje, cualquier duda que tengan pueden preguntarme y con gusto les responderé, ahora VAMONOS- al decir esto el auto-riel arranco y todos aplaudieron.    
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