Una rara obsesión

1599 Words
Sophie hizo lo que su jefe le había dicho, esa tarde despues del trabajo se fue sola para el pueblo de al lado, en Charleston el comercio era limitado, mientras que en SunnyVille, había un montón de tiendas, abarrotadas por la mejor ropa a la moda y por supuesto, tecnología por do quiera, hermosos televisores, y teléfonos celulares ultimos modelos. Esta ciudad era lo contrario a Charleston, Sophie estaba acostumbrada a vivir en el centro del país, en donde todo marchaba con normalidad, así que el cambio a Charleston la tenía un poco consternada, pues parecía como una ciudad irreal, completamente paranormal, un punto al norte del país en donde por poco y ni siquiera había electricidad, pensar en eso le daba escalofrío, pero no se negó a un momento de felicidad. “Buenas tardes, señorita ¿en qué le podemos servir?” la mujer que atendía la tienda de ropa atendió a Sophie “Hola, es que estoy buscando algo bonito para ir al trabajo, soy asistente y pues busco algo formal, pero no tanto” “Bueno, mira tenemos estos hermosos vestidos” la mujer le enseñó unos vestidos sin mangas hechos de una bella tela y unos tonos pastel, que nada se relacionaban a la empresa en donde estaba trabajando, además el clima de Charleston la mataría en donde Sophie usará uno de esos. “No, gracias, yo trabajo en Charleston, ya sabrá que no podría utilizar algo así” “Chica, ¿Cómo puedes trabajar en un lugar tan oscuro como ese, ¿eres asistente de la gran factoría?” “Si, ¿Cómo lo supo?” “Porque es el único lugar que ofrece un gran empleo como asistente a los lugareños, pero usted no es de ahí, aun le corre sangre por sus mejillas” la chica me sonrió tímida “No entiendo, ¿a que se refiere con eso?” “Pues se especulan muchas cosas del lugar, no por nada esta ubicado en esa montaña, alejada de toda la realidad, mejor no me atrevo a decir nada, hablar de más puede ser contraproducente, yo ni siquiera se quien es usted” “Por mi no se preocupe, yo vengo desde Manhattan, me transfirieron para acá, era eso o quedarme sin empleo, y pues la verdad, no estoy en condiciones de eso” “Pobre de ti, las cosas que se dicen de ese lugar son escalofriantes, pero bueno no te quiero asustar, ven te enseñaré la ropa que se adecua a ti para el lugar” La mujer comenzó a sacar unos hermosos vestidos oscuros, de lino y abrigados para la ocasión, también unos cuantos abrigos de piel, y pantalones que le quedaban ceñidos al cuerpo, Sophie escogió una buena cantidad de ropa y se la llevó, estaba feliz, no recordaba cuándo había sido la última vez que se habia comprado una prenda. Luego pasó por la tienda de teléfonos y obtuvo uno de buena gama, no algo tan ostentoso, quería dejar dinero para las medicinas y el asilo de su madre, lo único importante era que tuviera algo con que estar comunicada. Ese día se le hizo tarde para regresar a Charleston, fue un poco complicado conseguir transporte para devolverse, así que ya eran casi las diez de la noche cuando toco las puertas de la posada, por poco y María la deja por fuera. Cuando llegó a su cuarto comenzó a sacar todas las cosas que había comprado, algo que le habia encantado era un vestido de terciopelo n***o, de mangas largas y con un corte clásico en los hombros, aunque el modelo parecía un poco anticuado, para ella lucía perfecto, lo dejo listo para el día siguiente. Por una extraña razón, esa noche estuvo esperando a tener las pesadillas que había tenido los días anteriores, pero en esta oportunidad quería disfrutarlas, no quería estar consumida por el miedo, pero su ansiedad era tanta que ni siquiera podía conciliar el sueño. Valentín la estaba observando desde la ventana de su mansión, pero la serenidad de Sophie lo alejaba completamente de las cosas locas que quería hacerle en las noches, a él lo que le despertaba sus más oscuros pensamientos, era el olor que ella expedía cuando sentía mucho miedo. Pero por una extraña razón, ella lo estaba perdiendo. Ella se quedó dormida casi al amanecer, las pocas horas que pudo dormir, lo hizo plácidamente, al siguiente día como ya lo tenía planeado, se puso el vestido de terciopelo n***o, unas medias veladas con el tono de su piel, unos tacones un poco altos, y su cabello suelto. Pinto un poco sus labios de rojo y se acercó a la factoría, en ese momento se encontró con su amiga Gloríe. Quien se quedó sorprendida cuando la vio. “¿Sophie? ¿eres tú? ¡estas completamente irreconocible” Sophie sonrió tímidamente “es que haré el reemplazo de la asistente del señor Von Strudell, así que es mejor venirse bien presentada” “¿Qué? ¿Cómo conseguiste eso? Para ese reemplazo muchas personas pasaron sus solicitudes apenas se enteraron de que Itzel estaba embarazada, ella lleva años trabajando con Valentín, y su sueldo es uno de los más altos de la empresa, inclusive yo pase esa solicitud” Gloríe le hablo con un poco de envidia en sus palabras. “No sabía nada de eso la verdad, lo siento mucho, él simplemente me pregunto que, si podía hacer su trabajo, yo le dije que si y ya, bueno ya has llegado a tu piso, yo debo seguir derecho, hablamos en el almuerzo” Sophie siguió hasta su piso, era su primer día de trabajo y estaba nerviosa por la reacción de su jefe, ella ya sabía que todo lo que había soñado con él no era más que un sueño, así que se sentía más relajada, y más aún al ver todo lo que él había hecho por ella. El elevador nuevamente se abrió, ella ya sabía de quién se trataba, así que arregló su traje y dio la mejor de sus sonrisas, cuando Valentín la vio, se quedó completamente impresionado, ella vestida de esa manera se le asemejaba a su antigua prometida, él movió la cabeza asegurándose de lo que estaba viendo no era una visión. “Buenos días, señor, bienvenido” “Buenos dias, Sophie, veo que, si hizo uso de su bono, se ve muy bien” Valentín ni siquiera le preguntó que tenía para hoy, simplemente siguió derecho hacia el piso en donde estaba su lúgubre oficina, está más bien parecía un panteón de millonarios, que la oficina de presidencia. Cerro la puerta de un fuerte estruendo a sus espaldas, y se sentó en su gran sillón, su respiración estaba entrecortada y sentía como la corbata lo estaba asfixiando por completo, así que tuvo que desatarse el nudo. Viendo vestida así a Sophie, hizo comprender un poco más las palabras de su hermana, puede que ella no fuera una hechicera directamente, pero sí podía relacionarse con una descendencia de Cleopatra, su antigua prometida, y eso lo hacía estremecer, pues sería muy fácil enamorarse de ella, y eso para un hombre como él, no estaba entre sus planes, una gran ansiedad comenzó a invadirlo, era como si su pecho lo obligará a sentir que ella debía ser su diosa eterna, y eso lo asustaba, pues tambien una de las predicciones de su hermana, era que ella era la luna de un licántropo, y si era la luna de uno de sus enemigos, no podía hacerla su princesa, pues evidentemente, cuando ella conociera al indicado, se impregnaba con él, y jamás amaría a un vampiro. Valentín sintió como un mal sentimiento se poso en su pecho, inexplicablemente estaba sintiendo que algo muy fuerte venía con la aparición repentina de Sophie, aunque no sabía que era, solamente trataría de alejarse de ella, era lo mejor que podía hacer; lo difícil del caso, era que su obsesión no se lo permitía, se moría por estar a su lado, y se moría aún más cuando ella sentía miedo. Se colgó del techo nuevamente para descansar, pero su cerebro comenzó a jugarle malas pasadas, nunca le habia pasado eso, jamás había sufrido de insomnio, esas eran cosas que no les pasaban a los vampiros, se descolgó de nuevo y comenzó a trabajar un poco en su laptop, de nuevo se colgó, y no pudo cerrar el ojo, así que se concentró en el trabajo. Sophie veía como pasaban las horas y su jefe no salía de sus aposentos, no tenía la más mínima idea del porqué, pero una orden explícita era que debía respetar los espacios de su jefe, así que, terminado su turno de trabajo, levantó la bocina de su teléfono y llamó a Valentín. “Dígame Sophie ¿me necesita?” “Señor Valentín, para nada, solamente quería decirle que ya ha acabado mi turno, quiero saber si me necesita, o hay algo más que hacer” “No, puede irse” Valentín le colgó la llamada, y trago saliva, la humana lo estaba volviendo loco Sophie se afligió por un momento, ella en el fondo de su corazón por más temor que le dieran las cosas paranormales, deseaba que su jefe fuera un vampiro, que llegará en las noches y la hiciera suya, pero ya estaba, su realidad consistía en un escritorio abarrotado de papeles, había adquirido un celular a la moda, en donde no tenía ni el más mínimo contacto y así pasaba su vida, con una rutina que simplemente le recordaba que era una obligación existir.
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