El dolor de Sophie no solamente era emocional, sino que también físico, tenía demasiados dolores en su vientre, y la sangre no dejaba de correr producto del aborto, llegó a la posada y se recostó en su cama, su mirada estaba fija en el techo de su habitación, mientras que una lágrima corría por su mejilla. De nuevo estaba frente a la mansión de Valentín a través de su ventana. Valentín por su parte se había dejado caer en los instintos humanos reprimidos, y estaba siendo víctima del alcohol, de aquel imponente y apoderado vampiro por el cual todas las mujeres se morían, ya solamente quedaba un vano recuerdo. Sophie comenzó a sentir como dentro de su cuerpo las cosas no estaban bien, los dolores se incrementaba aún más que cuando se estaba produciendo el aborto, y eran completamente ins