La prometida del licántropo

1154 Words
Sophie estaba esperando ansiosa la llegada de Elian, así que se arregló lo más bella que pudo, y preparó una cena especial y demasiado romántica, la gran mesa de comedor estaba adornada por unas velas blancas celestes, y el plato fuerte era un gran visón de carne en término medio, cuando él abrió la puerta, sintió como el olor de la comida inundó sus fosas nasales y salió directo hacia donde estaba Sophie. Con sorpresa sonrío frente a lo que ella le tenía preparado, pero no le dio las gracias, ni lo tomo como algo especial, simplemente se sentó sobre su gran silla, y la miró de arriba abajo. “Has leído mi pensamiento, moría de hambre, y quería devorar un animal completo” Sophie tenía puesto un hermoso vestido de tirantes rojo, que dejaba al descubierto el gran escote de su pecho, ella se acercó, y destapó la bandeja con la gran rodaja de carne que le había preparado, esta olía deliciosa. Apenas Elian comenzó a saborear, Sophie no dejaba de mirarlo comer, y sabía que eso era lo que ella quería para su vida, complacerlo para siempre, así que sin más le soltó lo que tanto anhelaba decirle. “Elian, mi amor, debemos hablar” Él le estaba dando un mordisco al último trozo de carne, pero se detuvo para escucharla. “Si, ¿de que debemos hablar Sophie?” “Tengo una noticia muy importante para ti, pero primero te voy a servir una copa de vino rojo” Ella se levantó de su puesto y meneando sus caderas se acercó a él, le sirvió una copa de vino y sirvió una para ella, alzó la copa para brindar. Elian se quedó viéndola completamente confundido. “Brindo por nuestro futuro mi amor, en mi vientre está el fruto de nuestro amor, en menos de nueve meses estaremos celebrando tu descendencia” Elian sintió como si un aire de felicidad y satisfacción hubiera invadido todo su interior, se levantó de la mesa, y tomó a Sophie de la cintura y la levantó por los aires al mismo tiempo que aullaba, y no era para menos, la noticia que ella le acababa de dar era la mejor de todas, ahora sí que podría sacrificarla y quedarse con el poder universal de todo. “¡Me has hecho muy feliz Sophie! ahora si que puedo amarte completamente, pero ¿Cómo te has enterado?” “Claramente me hice varias pruebas de embarazo y ahí pude darme cuenta de mi estado” “me haces el lobo más feliz del universo, de ahora en adelante serás mi prometida, y ante los ojos de todo Charleston serás mi mujer, mañana mismo anunciaremos nuestro compromiso, y en 19 días será nuestra boda, cuando la luna esté en su máximo esplendor y yo de nuevo este convertido en un licántropo serás mi mujer” “¿Es necesario que sea ese día Elian?” Sophie lo miró con un poco de nostalgia. “Por supuesto que sí, es el día más especial de nuestras vidas, y quien lo celebra es la diosa luna, será un matrimonio por todo lo alto mi querida Sophie, no te preocupes que no te haré daño” Elian tomó a Sophie por la cintura y la levantó, alzada en sus brazos la llevó hasta su cuarto y suavemente la dejó caer sobre su cama, sabía que a partir de ese momento debía de cuidar de ella como si fuera el más grande de los tesoros, pues ella era la puerta a su gran sacrificio y felicidad. Cuando la acostó, ella se llenó de lujuria ante los grandes ojos de Elian y lo beso, él también la correspondió, pero en esta oportunidad de una forma diferente, porque la beso con demasiada ternura, la beso como si estuviera enamorado de ella, de una forma romántica, tanto que su lengua comenzó a recorrer todo el cuerpo de Sophie, su suavidad era tanta, que ella ya no la sintió áspera, por el contrario, era como si se tratara de un dulce cachorro que lamía todo su cuerpo. El la desvistió, y comenzó a olerla, a oler cada uno de sus espacios, pasando por sus senos, que suavemente se llevó uno a uno a su boca, chapándoselos, haciendo que Sophie se retorciera del placer, e inclinó sus caderas hacia las suyas buscando aceptación. Luego bajó por su vientre hasta llegar a su monte de venus, y allí con delicadeza le abrió las piernas, Sophie estaba hinchada producto de la excitación, así que Elian consumido por el deseo, saco su gran lengua y comenzó a devorar cada parte intima de Sophie, haciendo que ella gritara de placer, el lobo hacía de su entrepierna un solo estrago, pues ella no resistía el placer que él por primera vez le estaba dando, se sentía en el paraíso, eso lo único que avecinaba eran noches de incansable placer y lujuria. Pues cada lametazo de Elián en medio de su entrepierna la hacía sucumbir, ella solamente podía enterrar sus uñas sobre su cabeza, mientras que en medio de sus gritos no dejaba de mencionar su nombre, hasta que de repente todos sus jugos estaban dentro de la boca del gran lobo feroz, que, con sus dientes afilados, se saboreaba. Elian, se paró frente a ella, Sophie no dejaba de observar su maravilloso cuerpo, su viril m*****o y su deliciosa cara, ella estaba obsesionada con él, Elian se echó sobre ella y abrió sus piernas de nuevo con delicadeza, y la penetro, la penetró con fuerza, haciéndola gritar, pues su m*****o era demasiado grande, y esto emocionaba a Sophie, aunque al mismo tiempo la lastimaba, pero lo soportaba porque lo disfrutaba. Satisfacer el hombre que ella creía amar, la hacía sentir la mujer más feliz del mundo, y no le importaba de la forma en que él estuviera dentro de ella, lo único que le importaba era que la hiciera suya, aunque esa noche, él al haberse enterado de que iba a tener un hijo con Sophie, la hizo la mujer más feliz del mundo, y a partir de ese día comenzaría a tratarla como una reina, era como si el cachorro que estuviera esperando de Elian fuera un pase a la felicidad. Unos minutos más tarde, Elian estaba derramándose por completo dentro de Sophie, ella pudo sentir como la cantidad de su líquido caliente atravesó su útero, y eso era una gran esperanza para ella, se sentía la mujer más feliz del mundo, pues por fin el hombre que ella amaba, la había amado también. Esa noche él durmió a su lado abrazando su vientre, era como si se hubiera convertido en otra persona, de aquel frío y calculador Elian, esa noche no había un solo rastro, aunque Sophie no pudo conciliar el sueño fácilmente, muy pronto pasaría todas las noches al lado de su amado, y eso era lo único que importaba.
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