Absoluta oscuridad

1329 Words
“¿Por qué no me conviertes en lo que quiero ser Valentín?” Brenda recobró la respiración, se colgó a su cuello, y le preguntó mientras que no dejaba de darle besos. “Para que te pueda convertir en un vampiro debes estar completamente segura de que quieres serlo, de lo contrario jamás podré convertirte en uno” “Yo quiero ser tu diosa, tu amada para toda la eternidad, ¿Qué parte puede ser tan difícil para ti entenderlo Valentín, sin ti realmente no soy nadie” Valentín recobro la conciencia, se puso su ropa y con firmeza decidido a salir, ni siquiera la miró. “No te voy a convertir en la persona que no quiero que seas, ¿has entendido?” Brenda asintió como si un profundo puñal hubiera atravesado su corazón, las crueles palabras de Valentín la hacían sentir la mujer más desdichada, que por más que se estuviera esforzando para enamorarlo, por lo visto no iba a lograrlo, debía seguir haciendo hasta lo imposible por meterse no sólo en la cama de Valentín, sino que también en su corazón. Cuando Valentín salió de la cabaña, de nuevo sintió esa sensación de confusión, sentía de nuevo que había traicionado el amor de Sophie, sin embargo, comenzó a sentir otra sensación, su cabeza comenzó a dolerle demasiado, y un fuerte pitido se posó en sus oídos, cayó de rodillas en el bosque; el dolor era tan fuerte que se cogía la cabeza a dos manos. De repente comenzó a sentir como se le iba el aliento y automáticamente se desmayó. Los ojos de Valentín comenzaron a abrirse lentamente, empezó a sentir una horrible sensación en su estómago, se sentía débil, levantó su cabeza, y trato de dar un sobresalto al darse cuenta de que estaba atado a una especie de cruz de madera, estaba en un cuarto oscuro, y él estaba atado como si estuviera crucificado. Todo en su cabeza era completa confusión, a su alrededor no habia nada más que oscuridad, a pesar de que él tenía la facultad de ver en lo oscuro, las paredes estaban negras y a su lado no habia absolutamente nada, la cruz en donde estaba colgado estaba elevada sobre el diamante que lo debilitaba, así que no podía hacer absolutamente nada para liberarse, quien lo tenía allí sabía perfectamente la debilidad de un vampiro. Solamente meneaba su cabeza con confusión, sus ojos eran como dos témpanos de sangre y de él escurría un húmedo sudor avinagrado, Valentín, el gran vampiro estaba oficialmente aprisionado. Unos cuantos días pasaron, mientras tanto para Sophie las cosas con Elian no estaban fáciles, él simplemente invadía su cuarto para hacerla suya con el fin de buscar un embarazo, pero la determinaba para absolutamente nada más, provocando en ella una inmensa tristeza, pues su obsesión se estaba convirtiendo en enamoramiento, haberse impregnado del licántropo la estaba volviendo loca, y a toda costa quería ocupar el lugar de su amada. “Dime Sophie ¿Cuándo puedes saber si ya estas embarazada de mí?” Elian le preguntó despues de haber estado con ella esa noche “MI amor pues solo sería necesario una prueba de embarazo para saber si ya estamos esperando un hijo” “¿Qué esperas para hacerla? Quiero ver si dentro de ti esta creciendo mi cachorro” esas palabras iluminaron por completo el corazón de Sophie, ella más que nadie estaba ansioso por estar embarazada de su gran amor, además que tendría un hijo que él, un hermoso cachorro híbrido que le aullará a la luna, y que pertenecería a un linaje especial, no sería un lobo normal, sino que uno más fuerte y eso la llenaba de emoción. “Voy a hacerla lo más pronto posible querido” “Antes de mi próxima luna llena espero que ya me tengas la gran noticia Sophie, quiero casarme contigo para cuando esté convertido en mi forma más natural” “¿Qué?, pero si eso es en menos de 20 días” Sophie le replicó con un tono de preocupación. “Si no estas embarazada para ese tiempo, no podré casarme contigo Sophie, y nos separaremos definitivamente, estarás condenada a una soledad infinita por toda la eternidad, porque solamente serás mi luna, en el caso de que puedas tener un hijo mío, de lo contrario simplemente te rechazaré” Elian se levantó de la cama, y miró con recelo a Sophie, su mirada era como una especie de advertencia, ella apenas se quedo pensando en hacerse la prueba, pero sin más, pidió el domicilio de la farmacia, para que le trajeran una, necesitaba confirmar que se convertiría en la madre del cachorro del hombre que ella amaba con completa ansias. El timbre de la mansión sonó, Sophie ya sabía que se trataba del hombre que le traía la prueba de la farmacia, su corazón comenzó a latir desenfrenado, estaba consumida por los nervios, apenas se acercó y abrió. “Buenos días, señorita, mire aquí está su pedido” “Buenos días, ¿Cuánto es?” “Son diez más la propina que es voluntaria” Sophie sacó de su bolsillo uno de 20 y se lo entregó al chico, quien le sonrió con felicidad, pero ella de los nervios, ni siquiera le dio paso a que le diera el agradecimiento, saco la prueba de la bolsita en la que venía y se fue directo a su habitación. Elian ya se habia ido para la factoría, así que era el momento perfecto para hacerse la prueba de embarazo. Sophie se fue para el baño y siguió al pie de la letras las instrucciones de la prueba casera. Mientras esperaba los minutos para obtener los resultados, fue como si la eternidad se hubiera vuelto su compañera, comenzó a comerse las uñas, y tapó la prueba con sus manos para no ver el resultado, la dejó hacia abajo sobre el retrete y salió en busca de una aromática, la angustia por saber el resultado la estaba consumiendo. Le dio tres vueltas a la mansión, lo meditó tres veces para volver al baño para descubrir el resultado de la prueba, pero sus ojos se llenaron de lágrimas al ver el resultado, lo veía y no lo creía, leía las instrucciones de la prueba una y otra vez para asegurarse de que hubiera hecho las cosas bien y de que no se estuviera equivocando, pero los resultados seguían siendo los mismos. Se sentó sobre su cama, con el corazón lleno de angustia, llamó de nuevo a la farmacia y pidió 3 pruebas más, quería asegurarse de que el resultado fuera el mismo en todos los casos; si había alguna duda iría al médico, pero prefería hacerlo sola en la mansión. Unos veinte minutos más tarde, que para ella fueron eternos, llegó nuevamente el chico con su pedido de la farmacia. “Buenos días, señorita, he traído su pedido, son 30 y la propina es voluntaria” La gran sonrisa del chico puso nerviosa a Sophie, que esta vez sacó uno de 50 y le rapó la bolsa al joven, cerrando la puerta en sus narices, cosa que él no le dio gran importancia, pues ya llevaba 30 grandes en su bolsillo. Sophie de nuevo fue hacia el baño y repitió la segunda prueba, espero el tiempo necesario, de nuevo divisó el resultado, y era el mismo, sus manos apretaban la prueba, y sus lágrimas no dejaban de rodar por sus mejillas. Tomó la tercera prueba de embarazo y de nuevo la hizo, esta vez con mucha más cautela, con mucho más cuidado, siguiendo cada uno de los pasos, pero el resultado no era nada diferente a las dos pruebas anteriores, y así igualmente pasó con la cuarta prueba. Sophie estaba ansiosa, no sabía de qué forma iba a darle la noticia a Elian, no sabía como explicarle su situación, pero de lo único que estaba segura es que para la siguiente luna, ella sería su esposa.
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