El volver a estar frente al amarradero del Lago Di Como llegando al que ahora se es nuestro yate, me transporta de inmediato a aquel día donde todo cambio en nuestra relación. Su mano sujeta la mía y la aprieta levemente haciéndome sonreír –Subamos. — Me alienta y así como lo hice aquella primera vez, sigo sus pasos confiando en él. Una vez que ya estamos abordo, él se acerca a mí para darme un corto beso –Si quieres ve a cambiarte mientras zarpamos, podemos meternos un rato al jacuzzi luego. — Me propone divertido y le sonrió. —Está bien, ya regreso entonces. — Accedo y me separo de el para ir hacia el camarote después de que me entrega la bolsa con los trajes de baño. Cada rincón de este yate me recuerda a uno de los mejores momentos de mi vida, mucha gente me había comentado que la p