Al día siguiente:
El no caer rendida ante sus besos es prácticamente imposible y eso quedó demostrado anoche, ya que sin importar mi enfado, mis defensas fallaron haciendo que su boca y la mía dieran inicio a otra noche de esas que quedaran grabadas a fuego en mi cuerpo.
Termino de arreglar mi cabello frente al espejo y cuando estoy a punto de terminar, le veo a él entrando al inmenso walking closet haciéndome reír cuando da un silbido –Te ves...— Intenta decir, pero se para justo detrás de mí y rodea mi cintura con sus brazos –Se te ve increíble este conjunto. — Halaga observando la falda negra larga hasta la cintura y una blusa sin mangas de cuello alto del mismo color que llega hasta un poco más que debajo de mis pechos.
—Debo admitir que tienes un gusto exquisito para la ropa. —
