Pareciera que hubiésemos estado por horas dentro de ese banco, pero definitivamente no ha sido tan así. La sensación del tiempo se ha tornado en algo muy diferente para mí en estas últimas semanas; quizás sea porque cualquier momento que me haga pretender no amarlo se me hace eterno. Es muy difícil de explicar todo esto que me sucede, y si bien me encanta sentir todo este amor por Alessandro; a la vez me da miedo. No es miedo por amarle, pero más por desconcentrarme de mi objetivo. Entro a mi oficina sabiendo que él está caminando detrás de mí y escucho como cierra la puerta mientras guardo mi bolso — ¿Qué sucede princesa? — Me pregunta y al darme la vuelta noto como sus ojos me miran con algo de preocupación. —No, nada... solo pensaba. — Miento, pero tenga la impresión de que lo de ment