Al día siguiente Después de que aquel ruido molesto de la alarma me hiciera despertar del fascinante sueño que estaba teniendo con él, me he duchado, me he colocado un vestido azul oscuro ajustado al cuerpo que llega arriba de la rodilla junto con unos zapatos altos color blanco que hacen juego con el bolso y con la americana de manga tres cuartos. Una vez maquillada y con mi cabello suelto ya arreglado, salgo de la habitación y para mi sorpresa él está esperándome afuera apoyando su espalda contra la pared. Al verme, sonríe —Buenos días princesa, ¿Cómo has dormido? — me pregunta con un tono de voz que altera mis sentidos. Muerdo mi labio inferior para finalmente reír nerviosa —Honestamente, no dormí mucho porque me la he pasado toda la noche soñando contigo. —admito mientras que camino