GINEBRA, SUIZA.
Un esposo.
Había cosas que Tessa no ventilaba de las cuales Elijah acababa de darse cuenta. Llevaba trabajando con ella unos meses considerables, sin embargo. era tan cerrada que ahora se daba cuenta de que no la conocía en absoluto.
—Tess nunca dijo quien era su marido, de hecho no dijo.
—Ella es un poco cerrada, Elijah, no debes preocuparte por ello. Tessa había enfrentado un divorcio en Alemania y vino aquí buscando tranquilidad, supongo que si ventilaba la información lo que menos encontraría era eso.
Elijah regresó su atención al hombre que permanecía pegado al teléfono a unos metros. Ese andar confiado y elegante, además de la perspectiva arrogancia alemana que emanaba de él. Henrik no le agradaba y fue por ello que le hizo una pregunta.
—No quiero parecer
