Alexander Pico mi pecho varias veces más y la miré, no sabía si estaba aprovechando el momento para tocarme de nuevo o qué. — Soy una mujer mayor —sigue —, no deberías estar amenazándome, sabes lo horrible que es —jadeo —, sus padres estarían avergonzados si se enteran de que está maltratando de esa forma a una anciana —cruzó sus brazos —, qué vergüenza, discúlpese conmigo. — ¿Es broma? —negó. — Para nada —llevó su mano a la cadera —, pida disculpas o le diré al jefe que me ha estado maltratando y no creo que quiera que diga eso. Bien, ahora me amenazaba una enfermera. — Usted sabe lo mal que quedaría si se entera que ha maltratado una enfermera —levantó un dedo —, sin contar que podría decirles a las otras enfermeras y me creerían porque llevo mucho tiempo aquí —lo sabía —,