Britney
— Tiene que salvarlo, por favor, solo sálvelo.
Una de las enfermeras se la lleva y pasamos a una camilla, comienzo a revisarlo. Mis manos se mueven mientras pido que llamen a los médicos que están de guardia, en este caso. Mi jefe.
Escucho el nombre del doctor de mis pesadillas por los parlantes y me contengo de rodar los ojos, no podía hacer eso delante de toda esta gente, aunque quisiera.
Este era el lugar ideal para las serpientes.
Las enfermeras podían pensar que era un agrio, pero todas lo amaban, lo que era ilógico porque el sujeto era insufrible. Sobre todo porque me había ignorado desde que llegué y me molestaba.
Habíamos pasado de casi besarnos a solo un hola al pasar. Bueno, yo creía que nos estábamos por besar, quizás él estaba acostumbrado a hacer esas cosas y
