Quédate conmigo

3521 Words
Si tuviera que explicar a qué le tengo miedo, diría que a la nada, al silencio absoluto, a sentirme completamente sola. No recuerdo que ha pasado, sé que estoy en un hospital porque veo las paredes blancas y tengo conectados varios aparatos, tengo un catéter y siento la cabeza pesada y la boca seca. Pero me siento completamente sola, al ver a Chris ayer y darme cuenta de que yo no existo para él, confirmando que todo lo que vivimos no tuvo ningún tipo de importancia, sentí que mis esperanzas se habían acabado, porque a pesar de que lo detestaba y me había sentido usada, en el fondo de mi ser, soñaba con verlo llegar en el corcel blanco a salvarme, diciéndome que todo iba a estar bien y que yo era lo más importante en la vida para él. En el fondo de mí todavía creía en las historias de príncipes azules y corceles, en el fondo de mí, esperaba verlo llegar arrepentido y rogarme que me quedara a su lado, esperaba verlo feliz descubriendo que iba a ser padre, pero también, en el fondo de mí, sabía que era demasiado tarde para los dos y eso, acaba de sepultarme en la más triste y profunda soledad. — Eva, ma chérie ¿cómo te sientes? — Tengo sed — Él me pasa una botella con agua que se encuentra en la mesa al lado de mi cama — ¿Cómo te enteraste? — Como ayer no llegabas a casa, te llamé y me contestó tu amiga y me explicó dónde estabas — se sienta a mi lado y toma mi mano — Muy amable tu amiga. — ¿La bebé está bien? — Lo miro y no puedo evitar reprocharle — Aunque al final lo que tú querías era que no naciera. — Eva — se inclina y aprieta más fuerte mi mano entre las suyas — Te he pedido perdón por lo estúpido que he sido. Sabes que no deseo hacerte daño, ni a ti, ni a la bebé. — No lo sé, Leo — miro a sus ojos azules, tan bonitos, pero en ocasiones tan fríos y vacíos — Tú me forzaste a tener relaciones sexuales contigo ¡Eso no se olvida fácilmente! — Lo siento Eva, yo sé que he cometido la peor bajeza del mundo — Me mira y siento que sus palabras son sinceras, pero no me decido a perdonarle, algo me retiene — No estaba en mi mejor momento. — Entonces, cuando vuelvas a no estar en tu mejor momento — hago las comillas con mis manos — ¿debo esperar a ser atacada y violada? — ¡Oh mon Dieu! — Se pasa la mano por la cara — He dejado las drogas y el alcohol. — ¿Por cuánto tiempo, Leo? — Lo desafío a contestarme y darme una respuesta sincera, él no es capaz de sostenerme la mirada — Hasta siempre, Eva — se acerca a mí y me da un ligero beso en la boca — vamos a ser padres, ella se lo merece. — Jade — contesto — ¿Cómo? — Se va a llamar Jade — Lindo nombre — Sonríe y me besa de nuevo, esta vez más profundo y yo no puedo sacarme la mirada de Chris al entrar al restaurante. — Toc, toc — Entra Paula, hermosa, como siempre, y Leo se hace a un lado de la cama — ¡Ah perdón! Pensé que estabas sola, vuelvo después. — No te preocupes, puedes quedarte — Le contesta Leo mientas se acerca a ella y le extiende la mano — Tú debes ser Paula, soy Leo — Paula y él se aprietan la mano y Leo le da dos besos en la mejilla — gracias por avisarme sobre Eva y la bebé. — Discúlpanos a nosotros, no lo hicimos antes porque no lográbamos ingresar al teléfono de Eva — Responde tranquila — ¿Cómo te sientes hoy? — se dirige a mí, pero no logro responder porque Leo vuelve a hablar. — Perdona, ¿has dicho, nosotros? — Paula lo mira extrañada, pues ni ella, ni yo comprendemos por qué eso es importante. — Mi jefe y yo — responde de forma un poco seca y fría. — ¡Vaya! Entonces por favor agradece a tu jefe de mi parte — se acerca a mí y me da un casto beso en la frente — Ustedes salvaron a ma chérie — se gira y sonríe a Paula — Tengo que dejarlas, el deber me llama. — Hasta Luego — Se despide Paula — El médico me ha dicho que deberás quedarte durante dos días más, intentaré venir esta noche si no trabajo hasta muy tarde o mañana temprano — abre la puerta y antes de irse se gira y nos mira intensamente, el momento se siente incómodo y nosotras no sabemos que decir — ¿necesitas algo? — me pregunta. — No, gracias — digo sin dejar de sentirme incómoda. — De acuerdo, cuídate ma chérie. Cuando Leo al fin cierra la puerta, Paula y yo reímos, creo que nos puso nerviosa a las dos, Paula me cuenta que su jefe y ella estaban muy preocupados ayer, que se quedaron hasta que confirmaron que la bebé y yo estábamos bien, también me contó que Chris pago la cuenta y que ella estaba impresionada al saber que mi embarazo estaba así de avanzado. Yo no me puedo creer que Chris se hubiese quedado y pagado la cuenta, no lo entiendo, actúa como si nunca me hubiera visto, pero a su modo me cuida, tengo la cabeza hecha un lío, necesito hablar con él y decirle sobre Jade. Le explico a Paula porque no sabía que estaba embarazada desde el principio, pero no le digo que Leo no es el padre, en realidad, todavía no sé cómo manejar esa información, creo que debo primero aclarar todas las cosas con Chris. He pasado todo el día sin hacer nada, descansando, comiendo o solo viendo series en Netflix, esta clínica es genial y tengo acceso a toda los canales por cable que quiera. He estado ansiosa por salir y buscar a Chris, a pesar de que mi corazón se siente muy herido, pienso que se merece al menos saber que va a ser papá y luego, ya veremos lo que pasa. — Hola Eva, ¿puedo entrar? — Mi corazón se queda completamente paralizado, no logro acostumbrarme a la intensidad de sus ojos azules y de su mirada, que me desnudaba en un segundo y me prometía el cielo ¡Mierda! ¿Qué estoy pensando? Afirmo con la cabeza, para que pueda entrar — Gracias, ¿cómo te sientes? — Me pregunta mientras cierra la puerta. ¡Caliente! Me siento muy caliente, ¡Dios Mío! Se acerca a mí y yo simulo tener un ataque de tos. — Bien, gracias — respondo al final — Ayer no tuvimos mucho tiempo para hablar — mira a su alrededor y fija su mirada el sofá al otro lado de la cama, finalmente se acerca a mí y se queda de pie — Estaba muy preocupado por ti y la bebé — me susurra mientras acerca su mano y acaricia mi cabello, es como volver a estar en Cali, volver a estar juntos. — Chris … — susurro y le sostengo la mirada, desciende su mano por mi mejilla y se queda un momento ahí, acariciándome, retengo un suspiro y sigo mirándolo. — No he dejado de pensar en ti en toda la noche — acerca su cara a la mía, mientras desciende su mano por mi cuello — En ti y en la bebé — Sus labios tocan suavemente los mío. Estoy en el séptimo cielo, claro que me recuerda y tal vez ayer no supo cómo reaccionar, me inclino hacia él, pero en ese momento me mira, aleja su mano de mi cuello y la pasa por su cabello, alejándose dos pasos y dándome la espalda. — Lo siento Eva, no sé qué me ha pasado — se gira hacia mí y veo que tiene sus manos en dos puños, como si estuviera frustrado, no entiendo por qué se disculpa — Yo… — respira profundamente y luego continúa — No creas que soy del tipo de jefes que acosa a sus empleadas — Suena en realidad mortificado — Sé que no nos conocemos y que lo que acaba de pasar no me deja bien parado, pero a Louise y a mí nos encantaría que comenzaras tu trabajo cuando el médico te lo permita y por supuesto, no tendrás que excederte. — ¿Perdón? — No logro contener mi reacción, lo miro como si estuviera enloqueciendo. — Te pido disculpas de nuevo — Vuelve a pasarse la mano por el cabello, ya lo tiene hecho un desastre, lo que a mí me encanta, lo hace ver mucho más sexy con su traje gris perla — No deja muy buena impresión que tu próximo jefe, al que solo has visto una vez, trate de besarte. — Pero…— Intento levantarme y acercarme a él, pero él se acerca y me detiene para enseguida separar sus manos nuevamente y retroceder dos pasos. — Eva, no tengo ninguna explicación para lo que acaba de pasar — me mira y su mirada dice tantas cosas y a la vez nada, que me estremece — será mejor que trates todo directamente con Paula o Louise — Se gira y mira hacia la puerta, pareciera que quisiese escapar — Espero que todo vaya mejor de ahora en adelante para ti y para Jade — comienza a caminar hacia la puerta. — ¿Cómo sabes que se llamara así? — Le pregunto, solo se me ocurre reflexionar en esa última frase, porque no entiendo nada de lo que está pasando ¿Será posible que Chris realmente no me recuerde?, porque uno no puede fingir así de bien, que no conoce a alguien. — No lo sabía — se detiene y se gira — Ese es el nombre que quiero que lleve mi hija, pero me alegra saber que la tuya también lo tendrá — inclina su cabeza, pasa sus dedos por sus labios y luego su lengua, como lo hacía antes, cuando quería besarme, me mira tan intensamente que me hace sentir de inmediato caliente y húmeda, cierra sus ojos y respira fuerte — ¡Cuídate, Eva! — Se gira y sale de la habitación. Paso mi mano derecha por mi vientre, no puedo creer todo lo que acaba de pasar, tengo tantas dudas y preguntas, debo saber por qué Chris no se acuerda de mí, o finge no hacerlo, siento de nuevo mi corazón herido y partido en mil pedazos ¿Cuántas veces la misma persona puede herir tu corazón? De nuevo me siento completamente sola y lloro por mí, por Jade, por Chris y por lo que no fue. Hace dos semanas que trabajo los lunes y martes después de clases en la casa de los padres de Chris que son adorables, los dos hablan español, con un marcado acento y algunos errores, pero nos entendemos. Ellos partirán de viaje por el mundo en dos meses y la idea es que trabaje con ellos hasta que se vayan, sé que no es mucho tiempo, pero me pagan muy bien, Leo me informó cuanto era lo mínimo que debían pagarme por hora, así que le dije que ese era el valor que recibía y el excedente lo estoy guardando. En casa de Chris es diferente, la primera vez que fui estaba Paola y fue ella quien me mostró lo que tenía que hacer, debo trabajar con ellos los jueves y viernes por las mañanas, igualmente pagan muy bien y guardo el dinero excedente, pero me molestan dos cosas en este trabajo; claramente mi relación con Chris y el hecho de que él actúe como si no me conociera y además me evite. No lo he visto en las dos semanas que hace que trabajo en su casa. La segunda cosa es su novia, quien parece que me odiara con apenas decirle, es que antes de eso, cuando entré al apartamento, era toda sonrisas. Algunas mañanas se encuentra en la casa y no hace más que poner mala cara y mirarme todo el tiempo, a veces siento que quiere decirme o preguntarme algo, pero el caso es que no habla español y en ningún momento ha intentado hablarme. Es muy incómodo trabajar cuando ella está porque siento que no me quiere cerca y la verdad, si yo fuera ella tampoco me querría cerca de Chris a quien no he vuelto a ver ni en pintura. He vuelto a hablar con las chicas, lo cual me ha ayudado mucho y me ha hecho sentir mejor, les ha pasado un montón de cosas y yo ni siquiera me había enterado. Helena se encontró con el asqueroso que le dijo que la extrañaba y sentía que había cometido un error, dejándola por otra, la invitó a una copa, un trago llevo a otro lado y terminaron probando de las mieles del amor y la traición en casa de Helena; repito sus palabras textuales. Así estuvieron durante unas tres semanas, hasta que mi amiga se encontró al Asqueroso con su futura esposa, orgullosa mostrando su futuro bebé y camino hacia ellos con una copa de Margaritas en la mano y lanzó el contenido a la cara del Asqueroso y antes de dar media vuelta le informó a su prometida que la noche anterior había estado así de mojado o más con ella. Pues su hazaña fue grabada y posteada en internet, con miles comentarios a su favor, la mayoría de ellos diciendo que mi Helénita tiene los pantalones bien puestos. Miré el video y no deje de reírme, mi amiga se veía hermosa y el Asqueroso, más asqueroso que ante ¡Justicia divina! Camila, después de meditarlo mucho, decidió continuar su relación con el chico y dejo a la chica con mucho dolor. Pero ahora, casi tres semanas después, está arrepentida y no sabe como decirle al chico que prefiere quedarse sola, así que sigue con él y el pobre es bien pegajoso. Mafle es un caso aparte, Esteban le propuso oficializar y formalizar la relación, y entonces Mafle tuvo miedo y le ha pedido a Esteban seguir como siempre, ósea, sin relación. Me cuentan todas sus hazañas y me veo por segunda vez el video de Helena y el asqueroso, les cuento por qué estuve tan alejada últimamente, aunque claro, no les digo todo, pero sí les explico sobre Chris y Jade. — Entonces, Chris se hizo el que no te conocía, ¿pero si se acordaba de Jade? — dice Mafle mientras se trenza su larga cabellera — pues cuando te la metía hasta el fondo profundo sí que te conocía. — ¡Mafle! — la regañan Helena y Camila a la vez. —¡Pero si es verdad! A saber, que le pasa, mínimo tiene memoria selectiva. — ¿Eso existe? — Pregunta Camila muy interesada. — Claro que sí — Helena, la nerda responde inmediatamente — se trata de hacer una selección entre las cosas importantes y las que no deseas recordar y pues tu mente las saca del panorama. — ¿En serio? — yo quiero hacer eso, vemos a Camila correr por papel y lápiz, vuelve a sentarse y comenta — Dale, dime que debo hacer para tener memoria selectiva. — Callarte primero — responde Mafle, a la que miró inmediatamente, está inhabitualmente seria — Tienes que investigar lo que realmente está pasando y tratar de hablar con él, no te puede meter un golazo e irse de rositas solo diciendo que no te conoce. Las chicas ríen, pero están de acuerdo con Mafle e intentamos trazar un plan donde yo pueda encontrarme con él. No se me ha ocurrido nada hasta el momento, pero al llegar a su casa y abrir la puerta lo encuentro poniéndose un abrigo n***o, levanta la vista y frunce el ceño. — Has llegado más temprano — Me habla fríamente, como si le molestara mi presencia. — Lo siento — inmediatamente me siento cohibida — terminé las clases temprano y quería irme antes. — ¿Tienes algún problema? — Da varios pasos hacia mí y mira mi vientre — Le pasa algo a Jade? — Escucharlo hace que mi corazón se detenga, no lo entiendo, se escucha tan preocupado por nuestra bebé, pero dice no conocerme y mucho menos me ha preguntado si podría ser suya, es que solo hay que saber sumar para adivinarlo. — No, no, no — extiendo mi mano y tomo la suya y la llevo hacia mi vientre, inmediatamente siento un corrientazo y como él contiene la respiración. En realidad, fue algo instintivo — Perdone, señor Leblanc, fue por instinto. — Ella se movió, ¿verdad? — No he sentido nada, pero con la emoción de sentirlo cerca y tomar su mano, no puedo estar segura. — No lo sé, señor Leblanc — frunce el ceño — Dicen que en ocasiones la madre no siente el movimiento, pero otras personas sí — Asiente y toma una bufanda gris. — No me llames, señor Leblanc — se acerca de nuevo y toca mi mejilla — No se siente bien viniendo de ti — ¿Puedes llegar a añorar tanto a una persona que solo su roce te hace sentir la persona más feliz del mundo? — ¿Y Como debo llamarlo? — levanto mi mano y la poso sobre la suya — Usted es mi jefe — Chris está concentrado mirando mis labios, cierra los ojos y trata de alejarse y de soltar mi mano. — ¡Chris! ¡Quédate conmigo, por favor! — Hablo por instinto, juro que no he pensado mis palabras, lo sentí tan cerca y el solo creer que se alejaría me hicieron actuar. Abre sus ojos y traga fuerte, me quedo mirando el movimiento de su nuez de Adán. — Siempre estoy contigo — responde y me acerca a él — Pero tú te vas, te vas con ella, con Jade y yo me quedo solo, perdido sin ti — ¿Qué dice? ¿Reconocerá por fin quién soy? — Me pregunto por qué no puedes quedarte conmigo, todo sería más fácil. Mientras me habla, Chris desciende su boca por mi cuello y toma mi nuca con su mano, besa suavemente mis mejillas y termina sobre mi boca, siento su aliento caliente y fresco que me eriza cada poro de mi piel. — ¿Sabes, Eva? — Me da un ligero beso — En cada sueño te veo y quiero que seas solo mía, poseerte — me mira con sus intensos ojos azules — Pero siempre te vas —vuelve a besarme y luego me susurra al oído — Y cuando despierto — me besa en el cuello — estoy muy duro y sin ti — Mi respiración se vuelve rápida, acaricia mi nariz con la suya y luego vuelve a besarme, esta vez más profundo — Me pregunto por qué sueño contigo si antes no te conocía — deja de besarme y toca mi vientre — En mis sueños, la siento a ella como si fuera mía y cuando despierto y sé que no lo es, siento celos porque tu novio puede tenerla a ella, tenerte a ti — Me besa con fuerza, pone su mano detrás de mi cabeza y con la otra me sostiene la cintura, me introduce su lengua y siento como si necesitara de este beso más que de nada en el mundo, lo tomo del cuello y me inclino contra su cuerpo, para sentirlo mucho más cerca. Su boca y la fricción de nuestros cuerpos me tiene totalmente excitada. — No sabes como me jode que ni siquiera en sueños pueda tenerte — Toma mi cara entre sus manos y me mira intensamente a los ojos ¡Oh Dios! Como extrañaba esto — Ni siquiera en sueños puedes quedarte conmigo — me besa de nuevo y suspira — quédate conmigo loquita mía. Escuchamos un ruido en la puerta, están girando las llaves, Chris reacciona alejándose de mí y limpiando sus labios mientras se acomoda la bufanda. Yo estoy paralizada porque me ha dicho que acaba de conocerme, pero también me ha llamado loquita mía ¿Qué diablos está pasando? — Chris, mi amor — Louise se acerca a él y le da un beso en la boca, levanto mi cara y mi mirada se encuentra con la de Chris —Que bueno que no te has ido, quiero comentarte algo — Louise se gira, elegantemente vestida, peinada y perfumada — ahh Eva, has llegado temprano — se quita los guantes y la bufanda — mejor, así puedes planchar dos vestidos que he dejado encima de nuestra cama — Sonríe mientras pasa una mano por la cintura de Chris, él mira hacia el suelo y yo, como una idiota, solo asiento y camino hacia la habitación ¿Por qué no puedo dejar de ser tan tonta?
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