¿Qué está pasando?

3277 Words
Chris Sé que Louise no se siente segura al lado de Eva, a pasar de que le expliqué que probablemente había soñado con ella porque tuve que llevarla de urgencias a la clínica porque estuvo a punto de perder a su hija. Louise me dijo que estaba impresionada con mi sensibilidad y preocupación por los empleados, le dije que Paula también estaba con nosotros y eso la calmó. He intentado pasar el menor tiempo posible cerca de Eva y creo que eso ha calmado a Louise definitivamente, salgo más temprano los días que ella viene a casa y vuelvo cuando estoy seguro de que Eva ha partido. Sin embargo, desde hace una semana he estado bastante distraído y ella llegó antes de marcharme. No puedo comprender lo que me pasa con ella, la extraño y deseo a igual medida, igualmente me siento protector con su hija, siempre le pregunto a Paula sobre ella y Jade y me tranquiliza saber que están bien. Trato de encontrar una explicación a esta atracción y al sentimiento que me generan ella y su bebé y solo puedo concluir que estoy a punto de volverme loco. Lo que acaba de pasar no se puede repetir, no soy un hombre infiel y tengo un compromiso con Louise que no puedo romper solo porque no me siento seguro de mí mismo, sin embargo, si sigo sintiendo este fuerte deseo por ella, tendré que hablar con Louise seriamente porque ella no se merece ser traicionada. Sé que ella está cerca y mi piel la siente, no puedo dejar de mirar hacia el comedor donde creo que se encuentra, Louise me habla sobre una gala de beneficencia a la que estamos invitados, pero yo no deseo ir. Desde hace una semana no he podido concentrarme porque recibí una carta anónima donde me decían que iba a ser padre pronto y que, durante mi semana olvidada en Cali, había dejado a una chica embarazada. La persona que envió la carta, desea dinero a cambio de su silencio y de darme la información completa, dice que si no le p**o va a hacer pública la información, lo que no me importa mucho, pero a mi padre y a los abogados sí. Hablé con ellos y me dijeron que lo más probable es que no fuera algo serio, pero ayer llegó otra carta donde decían que iba a ser padre de una hermosa niña y me enviaban una ecografía, sin nombre, claro. Inmediatamente, pensé en la ecografía que tengo de Jade, a veces creo que de verdad tengo una obsesión; esta ecografía era diferente, en blanco y n***o, pero se podía ver a la bebé completa y decía su sexo. No he podido dormir bien y ahora, con lo que acaba de pasar con Eva, lo menos que me interesa en este momento es hablar de la bendita gala. — ¡Chris! ¡No me estás escuchando! — Louise está parada frente a mí. Levanto la mirada y niego con la cabeza. — Últimamente, he tenido mucho lío en la oficina. — Vale, tú lo resolverás — gracias por el interés, querida — Lo importante ahora es hacer una donación mejor que la de la familia Elliott. — ¿La familia Elliott? — no tengo ni idea de que está hablando. — Ya sabes, la hija mayor acaba de casarse con un cirujano americano muy reconocido y no han parado de presumir. — Vale, has lo que quieras — No me interesan ese tipo de idioteces — tengo que irme. La beso en la mejilla y salgo de la habitación. Sé que Eva está en cerca y me muero de ganas por volver a besarla, pero me controlo y salgo del apartamento sin despedirme de ella. — Es una estafa, Chris — me dice Benoît después de que le he contado lo que está pasando — Alguien se enteró de que tenías un problema de memoria y ahora quiere volverse rico, gracias a ti. — ¿Y si fuera verdad? — esa duda no deja de molestarme, podría simplemente ignorar al chantaje, lo que digan los periodistas de mí no me preocupa, pero no podría vivir con la duda hasta que recupere la memoria. — Lo siento hermano, no me gustaría estar en tu lugar. — A veces pienso, que todo esto es una pesadilla, la pérdida de la memoria, el chantajista que me crea la duda de si voy o no a ser padre, lo que siento cuando pienso en Jade y Eva — me detengo de inmediato, al darme cuenta de que dije más de lo que debía y tomo un trago de whisky. — ¿Jade y Eva? — me sonríe con picardía — cuéntame quienes son y qué cochinadas has estado haciendo con ellas. — Jade es el nombre de la bebé que va a tener Eva — respondo. Él sube una ceja interrogante — Y Eva es la chica que me recomendó Paula para hacer la limpieza en mi casa y en casa de mis padres. — Estás diciéndome que te estás … — No, que dices — no le permito terminar — solo estoy diciendo que estoy sintiendo cosas que no puedo controlar, ni entender. — ¿Qué tipo de cosas? — Quisiera explicarle que todo el tiempo pienso en Eva, que a veces solo con mirarla soy feliz, que me encanta su aroma, como camina, como habla, como se ríe y hasta cuando parece insegura. Quisiera decirle que cuando la besé mi cuerpo tembló y que los nervios no me dejaban actuar correctamente. Que al saber que estaba embarazada de una niña, me imaginé siendo el padre de esa bebé y tuve celos de su pareja. — ¡Nada! — me froto los ojos con los dedos — Solo estoy cansado. — ¿Y qué piensas hacer con el estafador? — esa es la misma pregunta que me hago yo. — ¿Te gustaría tener hijos? — Me pregunta mientras miramos su serie favorita: Outlander. No entiendo lo que tiene de especial, porque a mí ni me gusta, ni me importa. — Tal vez sí, pero creo que por ahora no estoy interesado — la giro y la beso mientras paso mi mano por su vientre — Solo en la forma de hacerlos — Me golpea la mano y trata de sentarse correctamente sobre el sofá, puesto que estaba recostada, con sus pies sobre mis rodillas. — Yo si quisiera — me dice soñadora — por supuesto que no ahora — se sienta, se gira y me mira — Me encantaría que fuera una niña y se llamara Jade. — ¿Jade? Lindo nombre — comienzo de nuevo mi campaña para practicar como hacer bebés — y ¿por qué te gusta? — le pregunto. Ella vuelve a sentarse y me mira mientras me responde. — Un hijo es un tesoro, ¿sabes? — sonríe — y el jade es una piedra preciosa y rara que algunas personas utilizan para protegerse, simboliza el corazón del ser, su alma, su espíritu y yo creo que cuando tienes un hijo, este representa tu sentir más profundo, tu corazón — me mira y siento que está imaginando a su hija. — Pero hay muchos otros nombres que son igual de significativos — le digo mientras juego con su mano. — Sí, lo sé — pausa la serie y se gira completamente para poder mirarme — Pero para cada padre un hijo es especial, es su piedra preciosa, rara, única, diferente a las demás. — ¿Cómo te la imaginas? — me mira confundida — A tu hija — le explico. — No puedo imaginarla — me da un beso, y me abraza — Solo sé que será única — reposa su cabeza en mi pecho — y tú ¿Qué nombre le pondrías a tu hija? — me pregunta y besando suavemente mi pecho. — Jade — Le digo mirándola a los ojos — acabo de descubrir que así quiero que se llame nuestra hija. — ¡Eva! — Abro mis ojos y miro a mi alrededor, estoy en mi oficina, todo está oscuro salvo por una lámpara al lado de mi escritorio, solo hay silencio. Tengo la sensación de que llevo horas en esta posición y me duele el cuello, lo giro suavemente de izquierda a derecha para quitarme la sensación de cansancio. Todavía recuerdo el sueño vívidamente, no es igual a los otros porque en este estábamos hablando y el nombre de Jade fue mencionado. Mi teléfono vibra y veo el nombre de Louise, no me siento cómodo respondiendo ahora y menos cuando he estado soñando con Eva. — ¿Hola? — Le contesto mientras comienzo a recoger mis cosas para marcharme. — Te he estado esperando para ir a la gala — me dice en un susurro, como si no le molestara que yo llegue tarde, pero yo sé que tiene ganas de empezar a gritar. — Lo siento Louise, no puedo ir — recojo mis llaves y las guardo en mi bolsillo — Sigo en la oficina. — Es una gala importante — Para ella, por supuesto — recuerda lo que te expliqué esta mañana, no quiero… — Louise — No la dejo terminar — es tarde y empiezo a tener un fuerte dolor de cabeza. — Te dije que fueras al médico — ¡Claro! — Iré pronto — le contesto un poco seco, cree que por habérmelo dicho no debo quejarme e ir con ella a la gala — Tú puedes ir sola. — Pero que voy a hacer sola en ese lugar — cualquiera diría que es nueva en la ciudad. — Tú conoces a todo el mundo — No pienso dejarme manipular, no deseo ir, tengo muchas otras cosas en que pensar. — Quería que esa pretenciosa Elliott me viera contigo — No sé por qué eso no me sorprende — Tú eres mil veces mejor y más elegante y guapo que su nuevo prometido americano. Escucho la llegada de un mensaje y alejo el teléfono de mi oído para poder mirar quién lo ha enviado. — Louisa, tengo que dejarte, disfruta de tu cena — Le cuelgo y leo el mensaje completo. BENÔIT: Llámame. Es urgente, tengo una pésima noticia — ¡Dime! — Le digo apenas me contesta — ¿Dónde estás? — me demanda con urgencia, está ansioso y hasta creo que preocupado — Saliendo de la oficina — Hoy no he llamado a Henry, así que me dirijo parking de la oficina que está desierto y me dirijo hacia mi auto. — Tal vez quieras venir y reunirte conmigo — se escuchaba música en el fondo — estoy en el bar de siempre — pero que decía, ir a beber, ¿era la urgencia? — ¡No me jodas! — le digo mientras sonrío — Jean-Luc sufrió un grave accidente — dejo que caminar — está en coma — El dolor de cabeza se vuelve de súbito, más intenso, no puedo creer lo que acaba de decirme. Ninguno de las dos habla, yo solo tengo en mi mente imágenes de Jean-Luc y no puedo creer que en este momento se encuentre en una cama de hospital, inmóvil. — Voy para allá — Cuelgo y voy directo al bar, creo que estoy excediendo el límite de velocidad, necesito que Benoit me explique que ha pasado, tal vez podemos traerlo hasta París para que tenga mejores cuidados. Al entrar al bar veo a Benoit en una silla al lado de la barra, está tomado un whisky doble, me acerco y tomo otra silla, pido la misma bebida y me quedo mirándolo, esperando una explicación. — Al parecer, tenían que entrar en una excavación y hubo un movimiento de tierra, él quedó enterrado en el interior. Al parecer tardaron varias horas para poder sacarlo y la falta de oxígeno lo afecto. — ¡Dios mío! — me llevo las manos a la cabeza — Pero ¿Qué está pasando? — No lo sé, Chris — Benoit se toma todo lo que quedaba de bebida y pide otra — su familia sale en las próximas horas para Egipto. — ¿Pueden trasladarlo? — tal vez de esa manera pueda tener acceso a medicina más avanzada y de mejor calidad. — Al parecer no, sus padres no están seguros — vuelve a beber — sin embargo, están dejando todo organizado por si deben trasladarlo de urgencia. Pasamos aproximadamente dos horas hablando del tema, no podemos creerlo, nos comunicamos con Laura, la hermana de Jean-Luc, a quien le ofrecimos toda la ayuda que necesiten, sin escatimar en recursos. Ella estaba devastada al igual que sus padres y solo pudo agradecernos y decirnos que nos tendría al corriente. Bebemos muchísimo, principalmente por Jean-Luc, yo bebo también porque, aunque suene un poco egoísta e inhumano, con mi amigo en un coma profundo, no tengo ninguna posibilidad de saber qué pasó en esa semana que he perdido, mi única opción es esperar a recuperar la memoria, porque intentamos en Colombia, con algunas personas que conocimos y con la chica que limpiaba nuestra casa, pero al parecer ella cambió de número de teléfono y tampoco hemos logrado ubicarla. Vuelvo de madrugada al apartamento, Louise duerme, no fui al baño porque tenía una fuerte sensación de mareo y preferí acostarme a dormir. Un fuerte ruido me despierta, miro a mi alrededor para ubicarme y comprobar que me encuentro en mi casa, en mi habitación. Louise no está a mi lado, miro el reloj y son las 10 de la mañana, no me he levantado para ir a trabajar, la verdad es que estoy muy cansado y solo tengo ganas de continuar durmiendo, pero ese ruido infernal me impide retomar el sueño. Estoy seguro de que era una aspiradora, lo que, hace ese tipo de ruido, además se escuchaba música latina, no tengo idea de qué tipo de música, pero es algo pegajosa. Me pongo de pie para ir al baño y luego a la cocina a preparar un café y descubro que tengo puesta la misma ropa de ayer, as+i que prefiero ducharme más tarde, me pongo el pantalón de un pijama y me dirijo a la cocina a por un café. Pienso en llamar a la hermana de Jean-Luc en unas horas para saber como se encuentra. Al entrar a la cocina, me recibe la imagen de Eva con su ahora más predominante vientre bailando, mientras organiza unos productos en la cocina. Mueve con mucha sensualidad sus caderas mientras canta: “Déjame robarte un beso que me llegue hasta el alma. Como un vallenato de esos viejos que nos gustaban. Sé que sientes mariposas, yo también sentí sus alas. Déjame robarte un beso que te enamore y tú no te vayas…” Estoy tan concentrado mirándola que no me doy cuenta de que mi teléfono, el cual tengo en mi mano, ha comenzado a sonar, Ella se vuelve hacia mí, asustada y deja inmediatamente de cantar. La que me llama es Louise, pero no me encuentro en condiciones de responder y mucho menos con Eva al lado, quien inmediatamente apaga la música. — Buenos días, señor Leblanc — me saluda mientras baja la mirada. — Eva, ya hemos hablado de eso — me acerco a la cafetera de grano y empiezo a prepararme un café. Veo a Eva empezar a salir de la cocina — No tienes que dejar lo que estabas haciendo — ella se detiene y se vuelve a mirarme — A penas el café esté listo, te dejaré sola. Mi teléfono vuelve a sonar, en esta ocasión con un mensaje. BENOIT: Acabo de hablar con Laura, Jean-Luc está muy mal, no pueden moverlo y mucho menos trasladarlo, su familia espera lo peor. ¡No me lo puedo creer! No sé qué expresión tengo porque Eva se acerca y me pregunta si me pasa algo, yo solo puedo ir hasta un taburete de la isla de la cocina y sentarme, pongo mi cabeza sobres mis manos y siento unas inmensas ganas de llorar. — Chris, ¿Qué sucede? — Está más cerca de mí, la jalo hacía mi cuerpo y la abrazo, poso mi cabeza en su vientre y siento como Jade se mueve, Eva acaricia mi cabello y me empieza a susurrar que todo va a estar bien. — Ayer soñé contigo — Sé que me está escuchando, pero no me muevo de la posición en la que me encuentro, es demasiado confortable y me ayuda a sentir mejor — Hablábamos sobre tener hijos y me contabas por qué querías llamar a tu primera hija Jade. — ¿Soñaste? — Es lo único que dice. — Sí, soñé porque en el poco tiempo que llevamos de conocernos jamás hemos tenido ese tipo de conversación — levanto la cabeza y la miro. — No lo comprendo — me dice, vuelvo a posar mi cabeza en su vientre, sé que para ella no es nada cómoda esta posición, pero como no se ha quejado, seguiré así, ella vuelve a acariciar mi cabello — Ayer un amigo con el que estuve en Colombia sufrió un grave accidente, se encuentra en coma profundo, en Egipto y su familia teme que pueda morir. — Lo siento mucho — me responde mientras continúa acariciando mi cabello — a veces solo la fe puede hacer que pase lo imposible. — Yo quiero que se mejore, ¿sabes?, porque él no merece que su vida se termine cuando a penas está empezando a vivirla como quiere — La abrazo más fuerte — él es el mejor de los tres y su vida ahora pende de un hilo y mientras tanto, aparte de lamentar lo que le está pasando — levanto mi cabeza y la miro a los ojos — Como un imbécil, solo puedo pensar en que él es el único que puede darme las respuestas que necesito. — ¿De qué hablas? — me mira intrigada — Yo viví un año en Colombia, ¿sabes? — ella asiente — Y cuando regresábamos, tuvimos un accidente, sufrí una leve contusión, pero al recuperarme, me di cuenta de que no recordaba la última semana que pasé en ese país — Ella lleva su mano derecha a la boca mientras sus ojos se humedecen — ¿No recuerdas nada? — Me pregunta en un susurro — No —la abrazo de nuevo — y mientras mi amigo se debate entre la vida y la muerte en Egipto, yo solo quiero que no muera porque aparte de querer que siga vivo, necesito que me diga que sucedió esa semana, porque siento que he perdido algo importante Eva. Siento sus lágrimas y pienso que está muy sensible por el embarazo y me siento peor, no me gusta hacerla llorar, saber que está derramando lágrimas de tristeza porque se preocupa por mí o por las personas a las que quiero, porque no me lo merezco. Cada día me reconozco menos, no sé qué está pasando, qué me está pasando, desde mi regreso a París y después del accidente, deje de ser ese chico despreocupado, sensible, interesado por el bienestar de su familia y sus amigos y comencé a sentirme cansado, asqueado de la vida, solo, vacío y con ganas de dejar todo y a todos. A veces pienso que desde que conocí a Eva, lo único que me motiva es ella y la idea de conocer a su bebé, ya no me interesa Louise, o si Eva está con alguien o no y creo que nada está bien y no me está gustando para nada el imbécil en el que me estoy convirtiendo.
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